Hijos
Míos, Soy Jesús de Nazaret quien os habla, éste a quien muchos de vosotros amáis.
Quiero
deciros que debéis considerar que tal como están las cosas en el mundo entero incluida
en Mi Iglesia, debéis salvaguardar muy bien vuestra fe y no solo protegerla de
peligros, sino que debéis fomentarla con la oración, lecturas espirituales y
penitencias. Hijos, Yo os dije en Mi Evangelio que aquel que perseverare hasta
el final ese se salvará (Mt 24,13), no lo olvidéis. Porque tal como están las
cosas y la confusión que hay en todo, tal y como trasgreden Mi doctrina, es
fácil caer en lo que la mayoría cae, y esto va también para los sacerdotes,
porque debéis más que nunca cuidar y ser fieles a Mi doctrina o terminareis
cediendo, sin daros ni cuenta, a los errores que ya están muchos extendidos.
No
dejéis de cumplir ni un sólo ápice de todo lo que Yo dije, y allí donde está el
error entre los católicos, incluso sacerdotes, debéis de prevenirlo y advertirlo,
porque son muchos, muchos los que van a caer en la apostasía, y por eso debéis
prevenir ya este peligro inminente que os acecha. Yo, Jesús, os hablo.
Mis
enseñanzas siguen y seguirán vigentes hasta el fin del mundo, Yo no Me tengo
que adaptar a los tiempos, son los tiempos los que se tienen que adaptar a Mí y
seguirme hasta el final de sus días. Y si todo el mundo hace esto y lo otro, y
lo que hacen no va con Mi doctrina y los Mandamientos de Dios, esos no son de Mi
rebaño, ni Me aman, ni Me siguen, porque no son fieles a Mis enseñanzas. Hijos,
os exijo una fidelidad radical y total, y os diga quien os diga, sea un obispo
o sea vuestro director espiritual algo contrario a lo que Yo he dicho, hijos,
cortad por lo sano porque lo que Yo no he dicho no lo admito y no os salvará si
lo ponéis en práctica.
Madres
que abortáis a vuestros hijos, no sabéis bien el pecado tan grande que eso es.
Matar a un ser que tiene un destino y una misión en el mundo, con un alma inmortal,
es algo monstruoso, y algún día el alma de vuestros hijos abortados la
encontrareis en la otra vida. Priváis a esa alma de todo, del bautizo, de los sacramentos
y de hacer Mi voluntad en su existencia. No solo matáis a un inocente, sino que
matáis Mi voluntad en ellos. Yo, Jesús, os hablo y os advierto. Tiempo es ahora
de arrepentirse y de reparar, pero apresuraos, no sea tarde cuando os decidáis
a pedirme perdón y a enmendaros. Yo, Jesús, os hablo.