Alabado y bendito sea Dios Altísimo. Queridos
hermanos, soy un santo recién estrenado porque hace poco han proclamado mi vida con virtudes heroicas. Yo,
el joven Nuncio, os hablo.
Y me dirijo a vosotros por medio de este
instrumento en el aniversario de mi nacimiento,
para motivaros a que viváis una vida de virtud y ausente de deseos
materiales y frívolos que no os darán el Cielo, porque sólo el amor a Dios, al
prójimo y la ausencia de deseos frívolos que para nada os van a santificar, os
pueden ganar la Vida Eterna. Yo, Nuncio Sulprizio, os hablo.
La vida en su totalidad es una continua
prueba, yo pasé muchos avatares que me hicieron practicar la virtud una y otra
vez, porque sufrí en el cuerpo y en el alma, pero aparte de mi corta vida, la
volvería a pasar triplicadamente por lo que todo lo que pasé me ha alcanzado.
Dios es un Padre amoroso que ve, perdona y sostiene al que sufre, por eso
hermanos, no os desaniméis ante las pruebas, porque son muy necesarias para la
santidad, lo mismo que el estiércol lo es para las plantas y para que crezcan
más fuertes y den más frutos. Esto es difícil de entender en la vida, pero en
la eternidad todo se ve diferente y entonces te das cuenta que las pruebas
fueron verdaderas gracias de purificación que Dios nos dio para salvarnos y no
solo para salvarnos sino para ayudarnos a crecer en virtud. Yo, Nunzio, os
hablo.
Andáis caminando por un terreno pedregoso
cuando el odio, el rencor, el desaliento y la apatía os inunda. Haced más
oración o hacedla con más calidad, centrados en el Altísimo, Él os entiende
porque Él desde su infancia pasó toda clase de pruebas, no quiso tener una vida
fácil, su vida fue austera y disciplinada, cargada también de pruebas junto a
sus queridos padres. Yo, Nuncio, os hablo.
Por tanto, hermanos y hermanas, tened ánimo
que Dios no os deja, sois vosotros quienes lo dejáis a Él y, sed vigorosos siempre en
la virtud os cueste o no os cueste, fuertes en la fe y alimentándola
con horas de oración, Yo, Nuncio
Sulprizio, os hablo y os doy mi testimonio. Rezadme con fe, que os ecucharé. Alabado y bendecido sea Dios por
siempre jamás.
NOTA. Fecha de nacimiento 13 de abril de 1817, Pescara, (Italia)
Fallecimiento 5 de mayo de 1836, Nápoles, (Italia)
Beatificado 1 de diciembre de 1963
Canonizado el 14 de octubre de 2018
Patrón de los inválidos y de los accidentes laborales.