Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

15 de agosto de 2015

QUIEN NO AME O NO VIVA EN UNIÓN ESPIRITUAL CON SUS HERMANOS NO VIVE TAMPOCO EN UNIÓN CON DIOS



Hijos de Dios, vivid todos unidos bajo el patrocinio de un solo Padre, una sola Iglesia y una sola Comunión con los santos, porque esa unión da mucha gloria a Dios. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Quien se crea que vive en estrecha unión con Dios y no ame o no viva en unión espiritual con sus hermanos, no vive tampoco en unión con Dios, porque ningún padre quiere que sus hijos vivan dispersados unos de otros, y desea que todos se acojan a su santa Palabra y a sus Leyes que son y serán inmutables. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo y un solo Dios y Padre (Efe 4,5) cantáis en la Iglesia, pues así debe ser, que una sola fe y un solo Dios y Padre, sean para vosotros signos inequívocos de que sois hijos de Dios y de que vivís en Comunión con Él. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Sea vuestra fe la de principios de la iglesia bajo el santo nombre de Jesucristo, al que debéis reconocer como Salvador y Redentor de la Humanidad, y al que debéis tener como modelo y referencia para no equivocaros en vuestro caminar, y no saliros de Él, de Su doctrina, de sus consejos evangélicos y de su ejemplo a seguir, porque solo Él es la Verdad que os conducirá hacia la Vida Eterna. Él vino a la Tierra y os enseñó  con  mucha claridad  las  normas de la  Iglesia fundada  por  Él: El perdón, el amor, la fidelidad, la permanencia en Él, sin saliros de ellas, porque fuera de Jesucristo no hay salvación posible ya que Él es el Hijo de Dios Altísimo. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Por tanto, cada vez más debéis uniros a Él y vivir Sus enseñanzas, las que os dejó como un divino legado y que nada ni nadie pueden ni deben cambiar, más aún, debéis vividlas cada vez con más fidelidad y entrega, y enseñárselo así a aquellos hermanos que errados de la verdad, buscan en otras fuentes palabras de Vida Eterna y no las encuentran. Yo, Espíritu de Dios, os hablo. La paz de Dios esté con todos vosotros.




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