Nunca como hasta ahora se ha visto
regir el pecado en todos los sitios como está rigiendo, y lo que es peor, es
que a la sociedad actual en todas las naciones, les parece normal y además un avance de estos
tiempos. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos, no es que tal o cual nación
este pervertida, ¡no! están pervertidas todas las naciones, desde España a la
más pequeña, y si bien algunas su perversión es inferior a otras, en la misma
luego hay colectivos que degradan hasta lo más profundo Mis leyes y toda Mi doctrina. Pero hijos, llegará el día del Juicio de las
Naciones y hasta lo más insignificante que dejasteis escapar y degradasteis, se
os tendrá en cuenta. No oráis lo suficiente para compensar tanto mal, y así el
mal avanza y avanza y avanza.
Esto va también para los sacerdotes
que lejos de ser otros cristos sacrificados por el bien de su rebaño, viven
cómodamente sin ningún temor a su conciencia porque la tienen trastocada y ya
han perdido el sentido del pecado. Yo, Jesús, os hablo,
Lejos de ser ellos quienes guíen a
su rebaño, ellos necesitan ser guiados adecuadamente, y claro, como no son
almas de oración, no tienen luz, y la luz que tienen es la del mundo donde se
hayan inmersos hasta la nuca. Mi Santa Madre sufre lo indecible ante todo lo
que ve. Madres que en periodo de gestación descuartizan a sus hijos y se quedan
tan tranquilas. ¡Ay de ellas! Y también ¡ay de los padres que lo consienten y
no luchan por evitarlo! Madres que se creerán buenas ciudadanas y son asesinas
de sus propios hijos, y porque la ley lo permite ya se creen exentas de culpa, ¡y
no! todo esto lo pagareis con creces, porque Yo Soy el Santo, el tres veces Santo
y nadie se rie de Mí ni de las leyes de Mi Padre Eterno.
Vosotros ciudadanos que reivindicáis
vuestra justicia en los trabajos y en las comunidades, y salís a la calle a reclamar
vuestros derechos y me parece bien, vosotros pagareis con creces los derechos
de Dios y de los inocentes a los que malograsteis sus vidas por vivir más
cómodamente y libraros de cargas familiares. Por tanto, mucho tenéis que
cambiar para que Mi Justicia se aplaque, que si bien Soy misericordia infinita,
para que la alcancéis tenéis que arrepentiros de todo corazón del mal que
habéis hecho y que poco os importa. Pero si la persona que haya hecho un mal
inmenso, se arrepiente y reconoce su culpabilidad y se enmienda, aquí estoy Yo,
Rey de Misericordia, para acoger al pecador arrepentido por muy despiadado que
haya sido. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.
Gracias Señor!
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