Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

15 de diciembre de 2016

UNA ESPADA LE ATRAVESÓ EL ALMA



Hijos benditos de Mi Sagrado Corazón, os veo cada día y a cada instante y veo como muchísimos de vosotros estáis sufriendo y pasando pruebas y tribulaciones. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos, esas pruebas que ahora os parecen tan duras, que a algunos os parecen hasta un infierno, pasarán, son caducas y no son un infierno, más bien ellas bien llevadas os libraran del Infierno. Por tanto hijos, resistid, aguantad y uníos a Mí en esos momentos que tanto os duelen. Muchos con familiares que han perdido inesperadamente, niños que también sufren porque no entienden, hijos Yo estoy con vosotros y no os abandono, pero vuestro sufrimiento bien llevado y ofrecido ayudan a ir venciendo el mal que en tantas partes del mundo impera y está venciendo. El sufrimiento es un arma poderosísima para vencer el mal cuando se mira y se acepta con los ojos de la fe, y se ofrece al Altísimo. Vuestras tribulaciones pasaran pero las de los que se condenan serán eternas, y vuestras penas y amarguras ayudan a salvar almas y a vencer el mal si sabéis vivirlas con espíritu de fe y sin desesperaros. Yo, Jesús, os hablo.

No es un castigo que os mando, no hijos, no, es participar de Mi Pasión según vuestras disposiciones y según vuestras fuerzas. Unid vuestras amarguras a las Mías y a las de Mi Santa Madre que fueron inmensas, y que tal como le anunció el anciano Simeón una espada le atravesó el alma (Lc 2, 35). Y vosotros que pasáis ahora tribulaciones cotidianas, tribulaciones que son pasajeras, os desmoralizáis porque creéis que no os escucho y que Me he olvidado de vosotros. Nada Me ofende más que ese pensamiento, Yo no Me olvido nunca de Mis criaturas y las amo en la misma medida cuando están en sufrimiento que cuando están en gozo, esto hijos, lo tenéis que creer así, porque si pensáis que no os amo cuando estáis en el sufrimiento Me ofendéis sensiblemente y Me duele más que nada en el mundo si pensáis que Yo dejo de amaros. Yo, Jesús, os hablo.

Ayudaros mutuamente rezando unos por otros. Lo mismo que ayudaríais a llevar una carga pesada a alguien que no pudiera con ella en el plano material, ayudaros lo mismo en el plano espiritual. Rezad por los que sufren pero no lo hagáis por rutina, sino de corazón, con el deseo inmenso de ayudar, porque la oración hecha de corazón y en unión Conmigo tiene mucha fuerza, mucha más que las oraciones de multitudes de personas que no lo hagan ni de corazón ni en unión conmigo. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz a todo aquel que sufriendo cree en Mi amor hacia él. 








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