Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

7 de enero de 2017

SEMBRAD HIJOS, SEMBRAD LA BUENA SEMILLA




Hijos de Dios, debéis de ser todos como sacerdotes y evangelizar a las almas sin cansaros nunca. Yo, Jesús, os hablo.

Estamos en tiempos de apostasía y debéis de sembrar la buena semilla divina, para que las almas tomen el alimento verdadero el cual les regenerará. No todo lo que se predica sirve. Ajustaros estrechamente al santo Evangelio donde Mi divina y santa Palabra da vida y la da en abundancia (Jn 10,10) Yo, Jesús, os hablo.

Son tiempos difíciles los que vivís pero en Mi Santa Iglesia siempre y en todas las épocas ha habido tiempos difíciles. Vosotros los que Me seguís y Me sois fieles, sembrad hijos, sembrad la buena semilla y dad de comer al hambriento espiritualmente, porque las almas se secan por falta de riego y de sano alimento. Y si esto os lo pido a vosotros los seglares, con mucha más razón lo pido a los sacerdotes, cuyo ministerio y celo apostólico debe ser principalmente Mi gloria y el bien de la almas.

No os pido cosas imposibles porque sabéis de sobra que Mi gracia siempre la tendréis, pero para que las semillas que sembréis dé buenos frutos, vosotros mismos debéis de llevar una vida digna y santa donde vuestro ejemplo mueva a la almas. Llenad vuestras vasijas del verdadero alimento de Dios: el Evangelio, la Santa Biblia, el Magisterio de la Iglesia, etc. y dejaros de libros mundanos y paganos que os envenenan en vez de formaros. Yo, Jesús, os hablo.

Pensad lo que Yo haría en vuestro lugar, con vuestra edad, en vuestro estado de vida y en vuestra situación. Rogad por las almas pero también sembrad en ellas. No desperdiciéis ni una sola ocasión de echar en ellas la buena semilla, y aunque aparentemente parezcan indiferentes a la misma, llegará un momento en que esa semilla dará su fruto, porque Yo, hijos, secundaré con Mi gracia y Mi misericordia aquello donde vosotros no alcanzáis y desearíais hacer, lo mismo en vuestras familias, que en vuestras amistades, que en los grupos de oración y en parroquias.

Por tanto, hijos, sed apóstoles, apóstoles de los últimos tiempos, pero que no os falte ni el celo, ni el amor a Mi Santa Madre, ni el deseo de ayudar a las almas en su reconversión y en su santidad. Yo, Jesús, os hablo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.








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