Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

9 de septiembre de 2017

ES LA PRIMERA OBLIGACIÓN QUE TENÉIS PARA CON DIOS ALTÍSIMO



Alabado y bendecido sea el Altísimo por toda la Creación. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, Es la primera obligación que tenéis para con Dios Altísimo: la alabanza. Ésta debería de ser una constante en vosotros, y sin embargo, si sopesáramos las quejas y las alabanzas, las quejas exceden y con mucho a las alabanzas a Dios, porque hijos, de todo os quejáis, ¡de todo! y eso Me disgusta sobremanera. Yo, Jesús, os hablo.

Cuanto molesta una persona que no está conforme con nada de lo que le sucede o se le hace, pues lo mismo nos pasa en el Cielo, un alma que no hace más que refunfuñar, quejarse de todo, y hablar siempre en negativo de las personas y de las circunstancias, esas almas son como moscas pegajosas que molestan en el entorno y que no saben callar ni un momento, porque son almas amargadas y amargan a los que conviven con ellas. Por eso, hijos, sed dulces y pacientes. Dios Altísimo sabe muy bien lo que os hace falta y lo que no. Mi Padre en su sabia Providencia os da lo que necesitáis no para pasarlo bien, sino para santificaros, renegar de todo es ofenderle, porque El todo lo dispone con amor y sabiduría para vuestro bien. Lo entendáis o no lo entendáis, debéis de confiar en Él y aceptar con agrado las cosas que os sucedan, aunque ya os he dicho que aunque no las entendáis siempre es para vuestro bien. Yo, Jesús, os hablo.

No podéis creeros que vosotros seres miserables y limitados sabéis más que la Providencia amorosa de Mi Padre Eterno. Vosotros queréis una vida regalona, exenta de penas y amarguras, solo con cosas que os den bienestar y satisfacciones, pero eso, hijos Míos, no os lleva al Cielo, eso más bien os contamina y os pervierte en muchos casos. De ahí que Mi Padre Eterno disponga para vosotros días de gozo y bienestar y días de sufrimientos y sacrificios, porque Él lo que quiere es teneros después de vuestra existencia en el Cielo y todo lo dispone para que así sea. Pero si renegáis de todo, entonces Su plan no se realiza en vosotros y gana siempre el enemigo de las almas, que se alegra sobremanera de ver que no aceptáis lo que Dios Altísimo dispone para vosotros.

Aprended de Mí hijos, aprended de Mí que Soy manso y humilde de Corazón (Mt 11, 29) y que pasé Mi vida haciendo el bien pero no exento de sacrificios. Todo lo soportaba y lo ofrecía a Mi Padre por el bien de las almas y para Su gloria, por eso, el primer deber para con Él debe ser la alabanza, la bendición y el agradecimiento en cada momento, tanto si os salen las cosas como os gustarían como si no. Dejaos guiar por quien todo  lo sabe y todo lo ve,  porque más que Él nadie os desea el bien verdadero y el bien que salta a la eternidad. Yo, Jesús os hablo y os instruyo.








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