Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

23 de diciembre de 2017

TAMBIÉN LA VIUDA DEL ÓBOLO QUISO DAR MÁS Y DIO LO POCO QUE TENÍA



Hijos de Dios, muchos de vosotros y más en estos días entrañables y de encuentros con amigos y familiares, sufrís por aquellas familias que lo están pasando mal por enfermedades, separaciones matrimoniales, ausencias y demás cosas. Yo, Jesús, os hablo.

Rezáis y Me pedís ayuda y no os desoigo ni mucho menos, pero Yo conozco las circunstancias y sé si esa ayuda conviene o no conviene o conviene más adelante. Algunos pensáis que no podéis hacer nada y os sentís impotentes ante tanto dolor. Pero hijos, lo que podáis hacer aunque sea poco Yo lo acepto y lo empleo en la causa que deseáis, porque también la viuda del óbolo quiso haber podido dar más y dio lo poco que tenía (Lc 21 1-4). Yo acepto todo y no lo desestimo, porque aprecio la intención con que lo hacéis y todo el amor que ponéis en vuestros corazones. Yo, Jesús, os hablo.

Los sufrimientos bien llevados son un medio muy grande de santificación. A quienes les tocan deben de aceptarlos y ofrecérmelos y no renegar ni desalentarse de lo que les pasa. El Maligno trata como siempre de meteros la cizaña, pero hijos, no le sigáis ese malvado juego, Yo Soy Bondad y Sabiduría y nunca deseo nada malo para vosotros, aunque en el plano humano os parezcan castigos, no es así. Mientras estáis en esta vida no solo no deseo castigaros sino ayudaros a crecer en méritos. Por eso hijos, confiad en Mí y no creáis que os he dado la espalda.

Si suceden desastres en el mundo tanto de la Naturaleza, como de otras cosas, ahí sí está muchas veces Mi mano justiciera para que veáis que el mal hay que pagarlo o en esta vida o en la otra, y mejor es que lo paguéis en ésta. Muchas almas se salvan en esos desastres porque Yo no les niego Mi gracia, y otras muchas se reconvierten y se dan cuenta de que su caminar no era santo.

Pero no tratéis de juzgar a Dios que nunca llegareis a alcanzar Su grandeza y Su amor por mucho que os lo repitan. No podéis comprender hasta donde os amo ni siquiera aunque un Ángel os lo anunciara. Ya Mi Madre os dice cosas pero pasáis de ellas y tomáis solo lo que os conviene, pero no os reconvertís y seguís en la misma línea de murmuraciones, de criterios propios negativos, de juicios no exactos y todo lo malo que os trae Mi enemigo y vuestra infidelidad  a la gracia. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Que Mi paz os alcance en estos días en que conmemoráis Mi Nacimiento.









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