Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

13 de febrero de 2019

NO PODÉIS VIVIR CON LASTRE ADOSADO EN VUESTRAS ALMAS


Hijos queridos de Mi divino Corazón, os pido que no os preocupéis del día de mañana porque Yo sé de sobra lo que necesitáis. Yo, Jesús, os hablo.

Debéis trabajar como si todo dependiera de vosotros, pero Soy Yo quien hace que las cosas den frutos. Preocuparos de vuestras almas más que de vuestros cuerpos, el alma es inmortal y aunque el cuerpo muera y se quede en el sepulcro, un día resucitará, pero el alma desde el primer momento de la muerte ya vuela a las moradas eternas, unas serán de salvación y otras de condenación, por eso, es del alma de lo que os tenéis que preocupar.

No os cuesta pecar y no os da vergüenza hacerlo, incluso a veces hasta os jactáis de ello, y sin embargo, a la hora de ir a confesaros que vergüenza os da exponer al sacerdote vuestras miserias y pecados, cuando él Me representa y os perdona en Mi nombre. No podéis vivir con lastre adosado en vuestras almas, debéis tratar de limpiarlas más a menudo y no que pasen hasta años sin confesar. El Sacramento de la Penitencia es muy llevadero y os hace un bien inmenso no solo en el alma sino en vuestro ánimo, porque cuando os sentís perdonados por Mí a través del sacerdote, os entra un gozo diferente de saber que ya es agua pasada las malas obras y pecados que hicisteis. Yo, Jesús, os hablo

No os dejéis engañar por Satanás que odia la confesión y desea que no la hagáis. Hay ancianos que pronto Me darán cuentas y no se han confesado en años. Hijos, los que cuidáis ancianos procuradles la Unción de Enfermos, tan necesaria y tan beneficiosa para ellos. Van a morir y no se confiesan, no permitáis este peligro para ellos, decidles que vais a llamar a un sacerdote para que los confiese, decirselo con naturalidad y sin dramatizar, Yo pondré Mi gracia a quienes traten de ayudar a los que por su edad o enfermedad están a punto de darme cuentas. Lo mismo que llamáis a un médico cuando los veis muy mal, llamad también a un sacerdote y procurad que confiesen con sinceridad y valentía. Muchos tienen pecados adosados en sus almas desde años permanentes. Así que no hay mayor misericordia que ayudar a un moribundo a morir y, moribundos no son los que están en agonía, son también los que por su avanzada edad en cualquier momento su corazón puede dejar de latir. Yo, Jesús, os hablo.

Sed conscientes de que en vuestras manos está el cambio de actitud de estas personas, porque Yo además trataré de ayudaros con Mi gracia, pero insistid si se resisten con amor y paciencia y quitándole dramatismo a todo, porque el demonio es muy astuto y les hace ver todo al revés para que se nieguen a la confesión. Invocad hijos, invocad a Mi Santa Madre y a San Miguel Arcángel o a San José, ellos están para ayudaros a tener una buena muerte y, las almas de esos familiares os lo pagarán eternamente. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.










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