Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

5 de febrero de 2016

LO QUE PIENSO O DIGO ES APLICABLE A MI SANTA MADRE QUE AMA E INTERCEDE POR TODAS LAS CRIATURAS




Todas las almas son ante Dios Altísimo inestimables, pues aunque una criatura esté muerta por el pecado y la fealdad de su alma sea tal, Yo, Jesús de Nazaret, amo a las almas hasta la saciedad, porque mientras hay vida,  Mi gracia puede resucitar, santificar y embellecer a todas las almas a pesar del grado de malicia y perversión en que estén. Yo, Jesús, os hablo.

Esta lección que llevo siglos diciéndola y que os la enseñé con obras y hechos, esta lección que es la esencia de Mi amor, no termináis de aprenderla, porque vosotros Me juzgáis según sentís y nada más lejos. Si Yo fuera tan mezquino como vosotros que si os cae bien una persona la elogiáis y si os cae mal la señaláis, entonces tendríais razón en vuestros juicios, pero Yo hijos Míos, Soy el Redentor y volvería a padecer en Mi carne humana todo lo que ya padecí por todos y cada uno de vosotros. Por tanto, no Me pongáis a vuestra altura que hacéis bien a quienes os cae bien y dais de lado a quienes no os gustan.  Así que hijos, meditad sobre Mi amor hacia todas las almas, porque Yo vine a salvar a todas ellas. Yo, Jesús, os hablo.

Y lo que Yo pienso o digo es aplicable a Mi Santa Madre, que ama a todas las criaturas y por todas intercede. Ella es Madre de la Iglesia pero también ama a todos aquellos que aún no pertenecen a la Iglesia Católica y desea su integración con nosotros.

Hijos, Yo rogué a Mi Padre Eterno que todos fuerais uno (Jn 17,21) y os pedí que os amaseis como Yo os he amado (Jn 13,34),  pero esto no lo cumplís bien, ni laicos ni sacerdotes, pues todos dejáis mucho que desear en vuestras actitudes y criterios. Yo, Jesús, os hablo.

Orad hijos, orad asiduamente para que la savia de la oración os fortalezca cada vez más y deis sanos y buenos frutos. Que vuestra base espiritual sea fuerte para soportar los vendavales de la tribulación, que unas veces serán más grandes y otras menos, pero que no os veréis libres  de ellos. Por eso, tened preparadas vuestras almas en estado de gracia y tened buenas disposiciones. Tened también fe en Mí que Yo no dejo a nadie solo en la tribulación ni Mi Madre tampoco. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.






 


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