Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

8 de febrero de 2017

LIMPIAD A LA HORA DE LA ORACIÓN EL TRIGO DE LA CIZAÑA



Hijos de Dios, no seáis imprudentes sacando conclusiones de este o cual mensaje y valorad las cosas según el Santo Evangelio y el Magisterio de la Iglesia. Yo, Jesús, os hablo.

En las cosas de Dios no hay vulnerabilidad. Dios ha hablado para todos los tiempos. Él tiene en cuenta las intenciones, sí, pero lo que era pecado en el principio sigue siéndolo ahora, y lo que estaba mal desde siempre, sigue estándolo ahora. Robar siempre ha sido y será pecado. No se permite robar ni siquiera para hacer un bien y así con todo. Os falta mucho discernimiento porque no sois almas de oración, y creéis que con vuestra preparación estáis en el camino de la verdad. Yo, Soy la Verdad hijos, y todo lo que no cuadre Conmigo, no es verdad sino una farsa. Por eso, primero sabed bien vuestra religión católica en que consiste, sabed que es exactamente Mi doctrina y no toméis decisiones a tontas ni a locas sin preguntaros si vais por buen camino, que doctores tiene la Santa Madre Iglesia para saber interpretar las cosas. Yo, Jesús, os hablo.

Os gusta tener la razón, creeros que acertáis y todo aquel que no haga oración en las debidas disposiciones, es difícil que acierte porque el espíritu del mundo se le mete y le cambia las ideas y los conceptos, haciéndole creer que lo que todo el mundo hace es bueno por el hecho de que lo haga todo el mundo. Yo, Jesús, os hablo.

Ser santos es hacer en todo momento Mi voluntad, también cuando estáis a solas y nadie os ve, porque Yo os veo y estáis bajo Mi mirada y leo vuestros pensamientos y vuestros juicios, y también en vuestro interior tenéis que ser santos porque estáis bajo Mi mirada y tenéis que darme gloria lo mismo en la soledad que en público. Luchad hijos, luchad contra vosotros mismos que tenéis muchas cosas de que adoleceros. Tenéis cizaña que limpiar de vuestros corazones, de vuestra forma de ser, tenéis que ser más ejemplares no solo en grupos si no en vuestras casas y en vuestras familias. Venceos una y otra vez esos ataques de ira que os vienen, sed más perseverantes en los compromisos espirituales que os habéis propuesto y sed también más fervorosos, limpiando a la hora de la oración el trigo de la cizaña, porque también en la oración Mi enemigo mortal trata de meteros cizaña y distraeros con asuntos que nada tienen que ver con el rato que Me dedicáis. Sí hijos, sí, venceos más en todo momento. Quien vence un pensamiento negativo contra alguien y en su interior no falta a la caridad, ya ha vencido una batallita que le predispone a vencer otra y más grande.

La santidad es vencerse en cada momento porque en cada momento Mi enemigo trata de inocularos el mal, no desaprovecha ni un instante, y nada mejor para vencerlo que acudir a Mi Santa Madre la cual él teme y a la cual el nunca podrá vencer. Yo, Jesús, os hablo y os advierto. 








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