Hijos de Mi divino Corazón, deseo como un padre
amoroso que Soy para vosotros, vuestra santidad en cada instante. Yo, Jesús, os
hablo.
No seáis sólo en la apariencia santos, sino que
vuestro interior sea de pensamientos santos y sanos. Sin pensar mal de nadie
aunque os parezca que tenéis motivos. Sin juzgar mal a nadie aunque os parezca
que es evidente. No deseéis mal a nadie ni siquiera por un momento. Tenéis que
ser santos exterior e interiormente, porque Yo Jesús vuestro Salvador, lo veo
todo hasta lo más insignificante.
Podéis engañar a vuestra familia, a vuestras amistades
o compañeros de trabajo, pero a Mí nunca Me engañaréis y, os aseguro que pagaréis
todo el mal que interiormente acumuléis, porque debéis quereros fraternalmente
en todo momento y desear a vuestro prójimo lo que desearais que os hicieran a
vosotros, Yo, Jesús, os hablo.
Me resulta indignante que una persona vaya a comulgar
y aún con la Comunión en su interior piense mal o critique a alguien. Esa Comunión
no os sirve para nada, porque deseo pureza de intención en todo momento y que
no hagáis las cosas solo por rutina o porque os ven. Sed muy santos tanto
cuando estáis en familia o comunidad, como cuando estáis solos. Santos, tanto
en el silencio como el bullicio. Sed ejemplares en todo momento. Si alguien os
censuran o hablan mal de vosotros, no os importe porque el Juez divino Soy Yo y
os haré justicia tanto si obráis bien como si obráis mal. Yo, Jesús, os hablo.
Educad a vuestros pequeños en el amor a los demás, no
les consintáis tantas cosas que no están bien. Ellos necesitan disciplina lo
mismo que necesitan mucho amor y, hay padres que todo lo de sus hijos les hace
gracia aunque sean niños difíciles. Tampoco os paséis con la disciplina porque
un niño no alcanza a discernir adecuadamente el bien del mal y ellos reaccionan
impulsivamente, sin darse muchas veces cuenta que actúan mal. Tened con los
peques un equilibrio que Yo esté contento de la forma que los educáis, porque
de lo que le deis ahora de pequeños serán luego de mayores, y así, harán ellos con
su prole cuando sean padres.
No creáis que vuestros hijos ya más mayores son los
mejores, cuando son adolecentes la
familia creen que son estupendos y luego toman droga o cuentas chistes obscenos
o ven cosas pornográficas. Vigilad hijos, vigilad a vuestros adolecentes, a vuestra prole en todo momento y rezad por
ellos a cada instante, Yo no dejaré que se pierda la oración que por los jóvenes
Me hagáis. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz a todo el que crea este
mensaje y lo ponga en práctica.
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