Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

29 de mayo de 2019

NECESITO ÁNGELES TERRENALES




Hijos de Mi divino Corazón, Soy vuestro Jesús quien os habla y como siempre lo hago movido por el amor inmenso que os tengo, amor que muchos ignoráis y que ni siquiera sabéis que existe. Yo, Jesús, os hablo.

Pero hay otras muchas almas que son para Mi amargura y olvido de muchos de vosotros, un consuelo inmenso, porque Me honran, Me dan culto, amor y cumplen en todo momento Mi voluntad. Esas almas frenan en Mí muchos castigos que os mandaría por vuestras negligencias. Conviven entre vosotros pero no parecen diferentes a vosotros, porque su santidad está en su interior, en sus almas, y toda sus acciones son hechas con tanto amor y deseo de complacerme que ellas Me consuelan y resarcen de tanta infamia como recibo.

Hijos Míos, necesito que os enmendéis y que vuestras vidas sean santas, no ya buenas, sino santas. Necesito ángeles terrenales que se muevan por Mí y para Mí, que todo lo que hagan lo hagan pensando en Mí y por complacerme. Necesito almas que al igual que Mi Santa Madre y San José, no pongan obstáculos en cumplir en todo momento Mis deseos, porque todo lo que Yo os pido es para mayor corona en la eternidad y, en esta vida para salvación de muchas almas que viven retiradas de las cosas de Dios y alejadas de Mis Mandamientos y Palabra divina. Por tanto hijos, sed como ángeles terrenales, sed en todo momento santos, con rectas intenciones en todo lo que hagáis. No tenéis que hacer grandes cosas, haced las cosas cotidianas, las cosas ordinarias pero con inmenso amor hacia Mí y hacia la Santísima Trinidad, y veréis en la otra vida el grado de gloria que os alcanzó vuestra sencillez en donde no buscáis protagonismo ni glorias propias. Yo, Jesús, os hablo.

Enseñad a vuestros pequeños a conocerme y a tratarme según su edad. Los niños entienden más de lo que pensáis y Satanás quiere perderlos para que en un futuro ni haya sacerdotes, ni santos hombres y mujeres que eduquen en el amor y temor de Dios a su prole. Consagradlos a los Sagrados Corazones de Jesús, María y José y encomendadles a ellos que son fidelísimos guardianes de todo lo que le encomendéis. Mi Padre escogió a San José para cuidar de la Sagrada Familia, y tanto Mi Madre como Yo nos sentimos orgullos de lo bien que nos cuidó y nos protegió. Yo, Jesús,  os hablo. La devoción al Glorioso San José trae muchas bendiciones porque él os acerca a Mí y, Mi Madre se llena de alegría de que le encomendéis a vuestros seres queridos, porque lo hará con sumo cuidado y atención. Yo, Jesús, os hablo  y os instruyo.








11 de mayo de 2019

LUEGO LOS REMORDIMIENTOS SE OS CLAVARÁN EN EL ALMA COMO ESPINAS QUE OS DOLERÁN INCESANTEMENTE


Mis queridos hijos, alejaos del mal que os rodea en todo momento y que se ha introducido en vuestras casas por medio de los medios de comunicación y de la redes sociales. Yo, Jesús, os hablo.
 
¿No os dais cuenta de que en todo momento el Malo os acecha? Debéis vivir en entornos donde no tengáis tentaciones tan fuertes que os llevan a la caída, debéis prevenir el pecado que es mejor que confesarlo, debéis buscar compañías sanas, diversiones sanas, distracciones sanas y no ceder al Mal que muchas veces viene disfrazado de bien pero que es veneno mortal para vuestras almas. Yo, Jesús, os hablo.

Que las cosas malas las hagan la mayoría de la gente eso no las convierten en acciones buenas, por eso, os pido que hagáis oración cada día para no entrar en tentación (Mt 26,4). Yo era santísimo, el más santo que otras personas y nunca dejé de orar ni de hacer el bien y, es por ello que os solicito que hagáis ratos de oración cada día para que tengáis luz y fortaleza, no os creáis inmunes a la sugerencias del demonio, si no fuera porque a muchos Mi gracia los sostiene seríais personas corruptas hasta la médula. Así pues hijos de Mi divino Corazón, no dejéis de orar en todo momento y cada día. Una jaculatoria mientras conducís, un Avemaría mientras camináis, un acto de amor o de alabanza  a Dios mientras esperáis en una fila del banco o del médico, ya esto son pequeñas oraciones y pequeñas armas que os pueden evitar grandes tentaciones y hasta caídas en el pecado mortal. Yo, Jesús, os hablo.

Si supierais lo que odio el pecado no querríais ni nombrarlo. No sois conscientes del mal tan grande a que os expone el pecado mortal. Sé que flaquezas siempre vais a tener porque ésta es la condición humana, pero pecar mortalmente es como adentraros en el Infierno, aparte que jamás el pecado mortal os traerá ninguna dicha, pues luego los remordimientos se os clavarán en el alma como espinas que os dolerán incesantemente. Y a quien no tenga ningún remordimiento por el mal que ha hecho o hace, ¡ay hijos! si no se enmienda y acude a Mí con humildad, se perderá eternamente.  

En estos tiempos en que el mal se está legalizando, no os puedo hablar con más suavidad, tengo que hablaros con la cruda realidad y deciros que os enmendéis, que cambiéis de vida porque Mi gracia no os va a faltar, pero tenéis que poner, y sin esperar un instante, todo lo que esté de vuestra parte. Yo, Jesús, os hablo y os advierto.