Hijos de Dios, muchos
comentáis y con razón lo que corren los años y el tiempo. Pasa un año y otro y
otro y da la sensación que el tiempo no se mueve, pero ya veis lo que se
suceden los meses y los años. Yo, Jesús, os hablo.
Sin embargo vivís
como si fuerais a ser eternos en esta vida. No os planteáis que en un instante
os puede cambiar la suerte y convertiros en cadáveres y, ¿tenéis preparadas las
almas? No penséis que Mi misericordia que es eterna e infinita os lo va a hacer
todo. Yo os la aplico si vosotros ponéis lo que esté de vuestra parte y, lo que
está de vuestra parte es confesar todos, todos vuestros pecados y hacer propósito
de enmienda de no volver a pecar. Yo, Jesús, os hablo.
Sois cristianos que dejáis
mucho que desear. Censuráis, criticáis, comentáis siempre en negativo, pero que poquitos oran por los pecadores y
por aquellas almas que van camino de la perdición. Orad hijos, orad por ellas, porque
si sois misericordiosos con almas que ni siquiera conocéis, mucho más lo seré
Yo con vosotros. ¡Qué tolerantes e indulgentes sois con vosotros mismos! Pero
que agresivos e intransigentes sois con personas que viven en pecado público, o
que hacen cosas contra vuestra fe y no sabéis perdonar. Pedidme por ellas, por
esas personas que andan tan equivocadas
en lo que a Mi doctrina se refiere. Pedidme por el Santo Padre para que os sepa
guiar según Mis criterios. Pedidme por vuestros obispos, párrocos, sacerdotes,
monjes y por todas las almas que por su estado deberían de ser muy santos y no
lo son ni dan ejemplos.
Yo amo lo mismo al
pecador que al santo, pero necesito vuestras oraciones lo mismo para unos que
para otros. Para el pecador para que se convierta, para el santo para que se
mantenga. Y entre una de estas categorías de personas estáis vosotros, que
quizás os creéis muy rectos y no lo sois. Así que os recuerdo misericordia quiero y no sacrificios
(Oseas 6, 6), porque aquel que es misericordioso alcanzará Mi misericordia (Mt
5, 7) y bien de falta que os hace. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz a todo
aquel que cree en Mí y Me imita en todos los aspectos.