Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

22 de febrero de 2017

¿QUIEN IRÍA TIRANDO POCO A POCO EL TESORO DE UN ARCA?




Hijos Míos, ¿quién iría tirando poco a poco el tesoro de un arca? A nadie se le ocurría ir tirando piedras preciosas o monedas de oro y plata sin darle a ello ninguna importancia. Yo, Jesús, os hablo.

Vosotros hijos tiráis todos los días tesoros que serían para vuestras almas eternos. Tiráis la ocasión de una sonrisa, tiráis la ocasión de hacer un bien, de ceder un asiento en el autocar, de ser amables con un vecino, tiráis cada día verdaderos tesoros de santidad que irían llenando las arcas de vuestras almas, para que acumulándose llegarais algún día a conseguir la Vida Eterna.

Creéis que la santidad es hacer actos heroicos, actos que no todo el mundo puede hacer como ayunar 40 días, o dejar de beber agua bastante tiempo, pero no hijos, no, la santidad es hacer en cada momento lo que Yo, Jesús, haría, y dar a la almas amor según se os presente la oportunidad, y demostrarles que sois verdaderos cristianos porque no tenéis discriminación de personas. Yo, Jesús, os hablo.

Una vida sencilla hecha en cada instante con la intención de agradar a Dios y el deseo de salvar almas o de convertir pecadores, esa vida hecha así en unión Conmigo, es una fuente inacabable de santidad, y como son cosas sencillas las que hacéis no se os puede meter la cizaña de la vanidad porque solo Yo sé el valor de esos actos pequeños hechos con intención de ayudar y dar amor a las almas. No desperdiciéis el tesoro que tenéis cada día de hacer el bien en pequeñas cosas. Algún día se os presentará hacer el bien en cosas mayores, pero Yo os pido que santifiquéis el momento presente sin pensar en el futuro, que no sabéis si lo tendréis. Yo, Jesús, os hablo.

Sed cristianos sencillos, humildes, sin proponeros heroicidades, que si Yo quiero que las hagáis os las enviaré y os daré la gracia para ello, pero no desperdiciéis esos tesoros cotidianos que es sonreír, ser amable, ser sufrido con lo que os digan humillante, y así, vais acumulándolo en vuestro interior, y esas pequeñas batallitas que vencéis en cada momento o predisponen para vencer en sus momento las grandes batallas o los días de prueba que os vengan que nunca están exentos en la vida de nadie. Así que hijos, empezad desde ahora mismo a dar ejemplo de amabilidad y de urbanidad para que a quienes les llegue esos actos de amor -aunque en ese momento no se den cuenta- luego más adelante en su interior piensen que ahí en vosotros hay algo que les atrae, y ese algo sea el amor que Me tengáis y que se transfiera en vuestras pequeñas y grandes acciones. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.








17 de febrero de 2017

¡QUE POCO SABÉIS DE LOS GOZOS DEL ESPÍRITU SANTO!




Hijos Míos, oigo vuestras plegarias que Me llegan al Corazón y Me lleno de dolor de ver lo desviados que vais. Yo, Jesús, os hablo.

Me pedís de todo, absolutamente de todo menos por la salvación de vuestras almas. Me pedís trabajo, salud, aprobar en los exámenes, y sí, todo eso está bien y no os lo reprocho, pero ¿quién Me pide santidad, virtud o la salvación de las almas? Solo unas cuantas ancianitas en el ocaso de su vida y que muchas de ellas ni siquiera están bien confesadas porque tienen pecados de su juventud adosados en el alma que no han confesado ni reparado. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos, que mal guiados vais por los caminos de Dios. El cristianismo es ser de Cristo e imitarlo, darle gloria y no pedirle de todo menos la santidad. Qué pena Me dais ver lo extraviados que vais, lo equivocados, y lo peor es que así educáis a vuestros hijos y le metéis el espíritu del mundo que quieren de todo menos sacrificio y esfuerzo. Buscad hijos, buscad el Reino de Dios, buscad haced Mi santa voluntad y todo lo demás se os dará por añadidura (Mt 6,33) Pero vosotros buscáis primero tener el bienestar asegurado, que no os falte la nómina, que no os falte la salud, que no os falte la felicidad, felicidad del mundo totalmente engañosa, ¡que poco sabéis de los gozos del Espíritu Santo! porque si lo supierais pediríais una y otra vez que os de al Espíritu Santo para el bien de vuestras almas y de vuestras familias. Yo, Jesús, os hablo.

Tenéis hijos y pedís para ellos porque se coloquen, porque tengan suerte en la vida, porque sean reconocidos en la sociedad, y no es que eso Me parezca mal, no, pero casi nadie Me pide porque sean honrados, porque sean auténticos cristianos y porque les aumente la fe que muchos de vosotros y vuestros hijos la tenéis en mínimos, en bajo cero, y la podéis perder de un momento a otro.

Consentís que vuestros hijos ya no se casen. Se juntan y todo os parece bien y asentís en ello. Pero hijos ¿qué os pasa? Yo os pediré cuentas de todo y hay pecados de omisión que muchísimos tenéis y no los confesáis. Por tanto, analizaros interiormente y ved si vivís conforme Mis leyes y conforme la doctrina que Yo os traje, porque si no es así, no vais bien orientados y podéis perderos eternamente. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.






 

8 de febrero de 2017

LIMPIAD A LA HORA DE LA ORACIÓN EL TRIGO DE LA CIZAÑA



Hijos de Dios, no seáis imprudentes sacando conclusiones de este o cual mensaje y valorad las cosas según el Santo Evangelio y el Magisterio de la Iglesia. Yo, Jesús, os hablo.

En las cosas de Dios no hay vulnerabilidad. Dios ha hablado para todos los tiempos. Él tiene en cuenta las intenciones, sí, pero lo que era pecado en el principio sigue siéndolo ahora, y lo que estaba mal desde siempre, sigue estándolo ahora. Robar siempre ha sido y será pecado. No se permite robar ni siquiera para hacer un bien y así con todo. Os falta mucho discernimiento porque no sois almas de oración, y creéis que con vuestra preparación estáis en el camino de la verdad. Yo, Soy la Verdad hijos, y todo lo que no cuadre Conmigo, no es verdad sino una farsa. Por eso, primero sabed bien vuestra religión católica en que consiste, sabed que es exactamente Mi doctrina y no toméis decisiones a tontas ni a locas sin preguntaros si vais por buen camino, que doctores tiene la Santa Madre Iglesia para saber interpretar las cosas. Yo, Jesús, os hablo.

Os gusta tener la razón, creeros que acertáis y todo aquel que no haga oración en las debidas disposiciones, es difícil que acierte porque el espíritu del mundo se le mete y le cambia las ideas y los conceptos, haciéndole creer que lo que todo el mundo hace es bueno por el hecho de que lo haga todo el mundo. Yo, Jesús, os hablo.

Ser santos es hacer en todo momento Mi voluntad, también cuando estáis a solas y nadie os ve, porque Yo os veo y estáis bajo Mi mirada y leo vuestros pensamientos y vuestros juicios, y también en vuestro interior tenéis que ser santos porque estáis bajo Mi mirada y tenéis que darme gloria lo mismo en la soledad que en público. Luchad hijos, luchad contra vosotros mismos que tenéis muchas cosas de que adoleceros. Tenéis cizaña que limpiar de vuestros corazones, de vuestra forma de ser, tenéis que ser más ejemplares no solo en grupos si no en vuestras casas y en vuestras familias. Venceos una y otra vez esos ataques de ira que os vienen, sed más perseverantes en los compromisos espirituales que os habéis propuesto y sed también más fervorosos, limpiando a la hora de la oración el trigo de la cizaña, porque también en la oración Mi enemigo mortal trata de meteros cizaña y distraeros con asuntos que nada tienen que ver con el rato que Me dedicáis. Sí hijos, sí, venceos más en todo momento. Quien vence un pensamiento negativo contra alguien y en su interior no falta a la caridad, ya ha vencido una batallita que le predispone a vencer otra y más grande.

La santidad es vencerse en cada momento porque en cada momento Mi enemigo trata de inocularos el mal, no desaprovecha ni un instante, y nada mejor para vencerlo que acudir a Mi Santa Madre la cual él teme y a la cual el nunca podrá vencer. Yo, Jesús, os hablo y os advierto.