Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

29 de abril de 2017

EL QUE POR SÍ MISMO NO PUEDE SANTIFICARSE DEBE ACUDIR A LA FUENTE DE LA SANTIDAD Y ESA FUENTE SOY YO



Hijos Míos, debéis estar ciegos para no ver cómo está el mundo de revuelto, de odios y de violencia. Y si lo veis y no os ponéis en oración, entonces no estáis ciegos sois necios. Yo, Jesús, os hablo.

Que bien sabéis murmurar de los malos gobernantes y atacarlos con la lengua cuando lo que deberíais hacer es rezar por ellos incesantemente, pero vosotros los juzgáis, los atacáis y algunos hasta me piden que se mueran. Pero hijos, ¿de verdad sois cristianos?, ¿de verdad Me amáis y tenéis esas disposiciones en contra de los que están en pecado y no rezáis por ellos? Sed misericordiosos y pedidme para esos gobernantes que explotan a su pueblo la misericordia y la conversión y ofreced por ellos sacrificios y oración. Yo, Jesús, os hablo.

Todos sois pecadores y todos tenéis mil razones para postraros ante Mí y pedirme perdón y misericordia por vuestros pecados, no solo de acción sino de omisión. No creáis que porque no cogéis un arma para matar sois inocentes. Matáis muchas veces con la lengua, con mensajes que mandáis por las redes sociales negativos contra vuestros hermanos, ¿de verdad pensáis que Mi Santa Madre haría eso? Imitadla hijos, imitadla en todo porque Ella fue mansa y humilde de corazón y en ningún momento censuró a ninguno de Mis enemigos, pero si suplicó mucho por ellos. Yo, Jesús, os hablo.

Ser cristiano no es solo ir a Misa todos los domingos o rezar el Rosario a menudo, ser cristianos es amar y perdonar y  la mayoría de vosotros, esto lo lleváis muy mal, pues muchos hasta no os habláis con vuestra familia, y eso, que son hermanos de sangre. Vais por senderos de perdición y encima os creéis buenos. Hijos, abrid los ojos y pedidme discernimiento y luz para vuestras almas, y recordad hijos, recordad que no todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos (Mt 7,21)

Sé que sois flacos, que tenéis debilidades, limitaciones, imperfecciones, por eso mismo Me necesitáis tanto. El que por sí mismo no puede santificarse debe acudir a la fuente de la santidad y esa fuente Soy Yo, y estoy dispuesto a ayudaros sin condiciones ni límites. Pero vuestra colaboración, lo que concierne a vosotros que hagáis, tenéis que hacerlo, porque entonces Yo sería un Dios injusto si no os pidiera lo que tenéis que poner de vuestra parte. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.








19 de abril de 2017

ACUDID A MI SANTA MADRE PARA QUE ELLA OS AYUDE



¡Aleluya hijos, aleluya! porque un año más celebráis Mi Pascua de Resurrección y os alegráis de ello. Yo, Jesús, os hablo.

Ved que la muerte ya no tiene dominio sobre Mí y tampoco la tendrá sobre vosotros, si morís en Mí y con el alma limpia de pecados mortales y de rencores. No guardéis rencor a nadie que eso es un veneno inmenso para vuestra alma y puede llegar a haceros perder la eternidad dichosa. Todo aquel que tenga algo contra su hermano o hermana, contra su prójimo, por mucho que le haya hecho, que lo perdone de corazón y no le guarde ningún rencor, y si llegara el caso de que se encontrara con él, que le hable porque Yo perdoné a Mis enemigos y a los que se ensañaban Conmigo desde la Cruz y Mi Madre Me imitó en todo. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos, por unas rencillas que ya pasaron que son consecuencias de vuestra debilidad humana, no os juguéis la salvación eterna, porque muchos mueren con ese veneno en el alma y no pueden entrar en el Cielo, y si se quedan en el Purgatorio su duración es inmensa, porque hay que perdonar y hacerlo de corazón. Recordad Mi Mandamiento nuevo que os améis unos a otros pero como Yo os he amado (Jn 13,34), no a vuestra forma de amar, sino a la Mía. Hijos es muy importante esto que os digo y aunque ya os lo he dicho más veces, siempre tendré que recordároslo porque hay muchas almas, muchas que no perdonan y se ahogan en su propia soberbia que es la peor atadura que puedan tener. Yo, Jesús, os hablo.

Todo aquel que perdona el mal que le hicieron Me tiene a Mí dispuesto a olvidar sus pecados y a perdonárselos, porque el que sabe perdonar y olvidar es un alma que ha comprendido Mi doctrina y que Me imita y Me agrada sobremanera. Por tanto hijos, meteos bien en la cabeza esto que os sugiero: perdonad, perdonad, perdonad y si os cuesta, acudid a Mi Santa Madre para que Ella os ayude o acudid a Mí para que Yo os ayude a emprender ese perdón que os daña a vosotros más que a nadie al no concederlo. Yo, Jesús, os hablo.

Sed santos en todos los aspectos. Sed virtuosos en todo, que a la hora de la muerte no haya nada que os impida entrar en Mi Reino. No carguéis eternamente con ese mal tan grande que es el rencor, porque el mismo os ahorcará en su propia vileza y os llevará a la ruina total. Hijos, vosotros que leéis estos mensajes que no os resbalen, que no los leáis y los aparquéis, ponedlos en práctica pero hacedlo ya, no demoréis por más tiempo este asunto. Yo, Jesús os lo pido y os instruyo.








13 de abril de 2017

BEBED DE LOS MISTERIOS DE MI PASIÓN



Hijos Míos, estáis conmemorando en estos días los misterios más grandes y sagrados de toda Mi vida, porque la Pasión es algo que nunca llegaréis a comprender en toda su inmensidad lo que fue para vosotros. Yo, Jesús, os hablo.

El Cielo estaba cerrado para vosotros, incluso para los justos que esperaban su liberación. Pero Mi Pasión, Mi Redención os abrió las puertas del Cielo para daros la oportunidad de alcanzarlo con vuestra virtud y sacrificios. Sed pues agradecidos y bebed de este misterio que es Mi Pasión, meditando  tanto dolor, humillación y sufrimientos que padecí, y junto a Mí, el sufrimiento acérrimo de Mi querida Madre que paso a paso lo padeció todo al igual que Yo aunque místicamente. Yo, Jesús, os hablo.

Ofreced a Mi Padre Eterno los méritos de Mi Pasión y reparad con ella tanto mal y tanta perversión como hay en el mundo. Nada le puede agradar más a Mi Eterno Padre que le ofrezcáis Mis sufrimientos, porque eso es señal de que sabéis valorar -aunque sea limitadamente- lo mucho que significaron para Él y para vosotros.

Meditad paso por paso cada momento de Mi Pasión. Las horas amargas de Getsemaní, la coronación de espinas, la flagelación, Mi presencia ante Pilato, el camino hacia el Calvario con la Cruz a cuestas, la crucifixión.  Meditando adecuadamente todos estos misterios tendréis la mejor catequesis que se os pueda dar, porque será Mi Santo Espíritu quien os ilumine para comprender y sensibilizaros ante tanta ignominia. Yo, Jesús, os hablo.

Vosotros muchas veces no sabéis que rezar o que ofrecerme. Ofrecedme Mi propia Pasión y configuraos con ella. Cuando tengáis una tribulación por pequeña que sea unidla a Mis sufrimientos, a Mi Sacrificio Redentor y así revalorizareis vuestros sacrificios y tribulaciones por pequeñas que sean. Santificad esta semana que es Santa como muy bien vosotros la llamáis, pero no la corrompáis embriagándoos o comiendo exageradamente. Sed parcos en estos días en que Yo no perdoné ni un solo instante de sufrimiento y todo lo hice por vosotros, para la remisión de vuestros pecados.  Vividla como la vivió Mi Santa Madre los años que prosiguieron a Mi muerte y resurrección y como la han vivido los verdaderos santos. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.