Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

28 de abril de 2016

EL CIELO ENTERO OS OBSERVA EN VUESTRAS ACCIONES




Hijos Míos, una vez más Me comunico con vosotros en el deseo de mostraros cuanto y que grande es mi amor. Yo, Jesús, os hablo.

Sed prudentes hijos, sed prudentes en vuestras discusiones, con vuestros hermanos de fe y párrocos, porque en vuestras encendidas charlas ofendéis gravemente a muchos de Mi Jerarquía y al Papa. Una cosa es que defendáis la fe católica de siempre y otra muy distinta es que empleéis insultos, palabras despreciables y coléricas y ofendáis gravemente a los obispos y clero de Mi Iglesia. Yo, Jesús, os hablo.

Debéis ser movidos por Mi Santo Espíritu en la defensa de la fe y no por el espíritu del Mal que desea enemistaros, encresparos, manipularos, para que os convirtáis en personas que odien y no que amen. Toda corrección que no sea hecha por amor a Mí o a las almas, es una corrección que se la lleva Satanás y no da fruto. Yo, Jesús, os hablo.

La humildad y mansedumbre debe regir siempre vuestras discusiones y puntos de vista, nunca la cólera o la ira, por tanto hijos, no Me dais gloria cuando os dejáis llevar de vuestro genio y empleáis esas palabras despectivas que tanto Me hieren aunque se refieran a personas que vayan contra Mí.  El Cielo entero os observa en vuestras acciones y debéis ser moderados, equilibrados, sin temor, pero con mucha dosis de amor, porque estos son los sentimientos de Mi Santo Espíritu, Sus frutos, y no los que empleáis vosotros cuando creéis que tenéis razón. Y aunque la tengáis de verdad, la forma de defender la fe católica no es adecuada si no lo hacéis con misericordia, bondad y mansedumbre hacia quienes os dirigís. Yo, Jesús, os hablo.

Si fuerais almas de oración más que de información, seríais almas influidas por Mi Santo Espíritu  y no por vuestro amor propio, que bien sabéis que es mal consejero, y la soberbia es un pecado que debéis de evitar en todo momento, tengáis o no tengáis razón, porque Yo deseo almas que Me den gloria y no que Me agravien con sus modos de reaccionar o su forma de ser. Antes de hacer cualquier cosa que se refiera a vuestra fe invocad a Mi Santo Espíritu o la protección y ayuda de Mi Santa Madre y de vuestro Santo Ángel de la Guarda, y una vez invocado de todo corazón, podéis poneros a discutir con paz y  mansedumbre lo que creéis que está mal y os obliga a dar la cara por vuestra fe. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.








23 de abril de 2016

EL AMOR QUE OS TIENE LA SANTISIMA TRINIDAD ES INSONDABLE E INIMAGINABLE



Hijos de Dios, cuanto mira vuestro Padre Celestial por vosotros y que poquito lo honráis ni siquiera con una alabanza en meses. Yo, María Santísima, os hablo.

Si supierais el amor inmenso que os tiene la Santísima Trinidad no daríais crédito, porque ni vosotros podéis amar así a vuestros propios hijos. Pero el enemigo mortal de las almas os mete la cizaña y os envenena el alma con ideas y deseos mundanos, con engaños, con tentaciones en las que casi siempre caéis, y perdéis tantas y tantas gracias constantemente. ¡Qué pena! porque esas gracias ya no las recuperareis. Yo, María vuestra Madre, os hablo.

Grande es Mi amor por vosotros pero el que os tiene la Santísima Trinidad es insondable e inimaginable. No existen palabras humanas para explicar la grandeza del amor de Dios Uno y Trino a las almas. Pero hijos, criaturas limitadas y pobres de conocimientos, debéis de pensar y meditar de vez en cuando que esta vida es pasajera y que la que vendrá no tendrá fin, y debéis vivir sembrando para el Más Allá que llegará para todos, ricos y pobres, sabios y torpes. Hijos, os damos estos comunicados con el fin de ayudaros a caminar más acertadamente y guiaros por las sendas del amor divino que son eternas, pero no, no salís de vuestros criterios y deseos materiales y terrenos. Las gracias que os envía el Espíritu Santo poco os auxilian, porque la mayoría las malográis una y otra vez. Yo, María Santísima, os hablo.

Muchos de los que leen estos mensajes, si fueran más fieles a las gracias que reciben de Dios, llegarían a ser grandes santos y arrastrarían hacia la Vida Eterna a muchas otras almas. Pero hijos, aparte de la cizaña que os mete el Tentador, vosotros tampoco tenéis voluntad de salir de vuestra desidia y de vuestro relajamiento espiritual que para nada os santifica.

Yo Soy Madre de Misericordia y os amo a todos por pecadores que seáis, pero también deseo por encima de todas las cosas la gloria de Dios Altísimo en sus tres Divinas Personas: Padre, Hijo e Espíritu Santo. Por eso os pido, os sugiero, que hagáis alguna vez un poco de meditación pidiendo la luz del Espíritu Santo para que os ilumine y os ayude a dar un paso adelante en lo que a la vida espiritual se refiere. Yo, María vuestra Madre, os hablo y os instruyo. La paz de la Santísima Trinidad esté con todos vosotros.








18 de abril de 2016

QUIEN VA A LA ESCUELA DEL SAGRARIO ALLI ENCONTRARÁ LAS VERDADERAS LECCIONES SOBRE LA FE



Nadie hijos Míos es superior a nadie, porque el que vive unido a Mí ese es parte de Mí porque Yo Soy Verdad y Vida. Yo, Jesús, os hablo.

No creáis hijos Míos, que para Mí son unos más importantes que otros, el más insignificante si está unido a Mí ese es alguien que tiene gran importancia en el Cuerpo Místico, porque Yo Soy el que avala a las almas, el que las juzgará y el que las conoce totalmente. Por eso hijos, no os amilanéis ante sacerdotes soberbios que os quieren hacer creer que sois poca cosa y que sois ignorantes, y aunque seáis ignorantes en muchas materias de la fe católica, si vivís en Comunión Conmigo sois los más listos de todos, porque Soy el verdadero Camino de la Vida Eterna. Yo, Jesús, os hablo.

El Espíritu Divino está en toda alma que vive en estado de gracia y que Me ama de todo corazón, no es propiedad de sacerdotes, ni de obispos, ni de nadie, Yo lo doy a todo aquel que Me ama y vive en Mí y trabaja por y para Mí, por insignificante que socialmente sea. No debéis creeros inútiles porque os falte formación, quien va a la Escuela del Sagrario, allí encontrará las verdaderas lecciones sobre la fe, porque Mi Santo Espíritu le dará luz para que no vaya extraviado, y si ya tienen formación, Mi Espíritu se la ampliará para que sepa ayudar a otras almas, o si es sacerdote para que sepa dirigirlas. Pero hijos, os advierto una vez más, no pretendáis hacer las cosas sin Mí porque no haréis nada correcto y podéis inducir a error a muchas almas que os consulten, tanto si sois o no sacerdotes. Yo Soy la verdadera Escuela de sabiduría para todo aquel que cree en Mí, Me ama y vive en Mis Mandamientos. Yo, Jesús, os hablo.

Tantas cosas me pedís constantemente desde que os levantáis hasta que os acostáis, pedidme a menudo el Espíritu Santo, Su luz, Su sabiduría y Sus siete sagrados dones, para que por medio de lo que recibáis de Él, podáis dar frutos de santidad a todo el que se os acerque, u os consulte o viva en vuestro entorno, porque quien tiene el Espíritu Santo, su ejemplo se hace notar en su acciones, no puede tener al Espíritu Santo y luego vivir una vida de disipación o mundana. Los que llevan la semilla de la Vida Eterna ya en esta vida son portadores y trasmisores de Vida Eterna a quienes los ven o los escuchan. Yo, Jesús, os hablo.

Esto va sobre todo para los sacerdotes. Un mal sacerdote o mundanizado hace mucho daño a las almas y su ejemplo es letal para ellas, por tanto hijos, sed santos en unión Conmigo, no una santidad a vuestra medida. Actuad según os inspire Mi Santo Espíritu y amaos unos a otros para que en ello vean los enemigos de Mi iglesia y Míos que sois Mis discípulos. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.