Hijos Míos, oigo vuestras
plegarias que Me llegan al Corazón y Me lleno de dolor de ver lo desviados
que vais. Yo, Jesús, os hablo.
Me pedís de todo, absolutamente
de todo menos por la salvación de vuestras almas. Me pedís trabajo, salud,
aprobar en los exámenes, y sí, todo eso está bien y no os lo reprocho, pero ¿quién
Me pide santidad, virtud o la salvación de las almas? Solo unas cuantas ancianitas
en el ocaso de su vida y que muchas de ellas ni siquiera están bien confesadas
porque tienen pecados de su juventud adosados en el alma que no han confesado
ni reparado. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos, que mal guiados
vais por los caminos de Dios. El cristianismo es ser de Cristo e imitarlo,
darle gloria y no pedirle de todo menos la santidad. Qué pena Me dais ver lo extraviados
que vais, lo equivocados, y lo peor es que así educáis a vuestros hijos y le metéis
el espíritu del mundo que quieren de todo menos sacrificio y esfuerzo. Buscad
hijos, buscad el Reino de Dios, buscad haced Mi santa voluntad y todo lo demás
se os dará por añadidura (Mt 6,33) Pero vosotros buscáis primero tener el
bienestar asegurado, que no os falte la nómina, que no os falte la salud, que
no os falte la felicidad, felicidad del mundo totalmente engañosa, ¡que poco sabéis
de los gozos del Espíritu Santo! porque si lo supierais pediríais una y otra
vez que os de al Espíritu Santo para el bien de vuestras almas y de vuestras
familias. Yo, Jesús, os hablo.
Tenéis hijos y pedís
para ellos porque se coloquen, porque tengan suerte en la vida, porque sean reconocidos
en la sociedad, y no es que eso Me parezca mal, no, pero casi nadie Me pide
porque sean honrados, porque sean auténticos cristianos y porque les aumente la
fe que muchos de vosotros y vuestros hijos la tenéis en mínimos, en bajo cero,
y la podéis perder de un momento a otro.
Consentís que
vuestros hijos ya no se casen. Se juntan y todo os parece bien y asentís en
ello. Pero hijos ¿qué os pasa? Yo os pediré cuentas de todo y hay pecados de omisión
que muchísimos tenéis y no los confesáis. Por tanto, analizaros interiormente y
ved si vivís conforme Mis leyes y conforme la doctrina que Yo os traje, porque
si no es así, no vais bien orientados y podéis perderos eternamente. Yo, Jesús,
os hablo y os instruyo.
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