Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

29 de enero de 2018

MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIOS



Hijos de Dios, muchos comentáis y con razón lo que corren los años y el tiempo. Pasa un año y otro y otro y da la sensación que el tiempo no se mueve, pero ya veis lo que se suceden los meses y los años. Yo, Jesús, os hablo.

Sin embargo vivís como si fuerais a ser eternos en esta vida. No os planteáis que en un instante os puede cambiar la suerte y convertiros en cadáveres y, ¿tenéis preparadas las almas? No penséis que Mi misericordia que es eterna e infinita os lo va a hacer todo. Yo os la aplico si vosotros ponéis lo que esté de vuestra parte y, lo que está de vuestra parte es confesar todos, todos vuestros pecados y hacer propósito de enmienda de no volver a pecar. Yo, Jesús, os hablo.

Sois cristianos que dejáis mucho que desear. Censuráis, criticáis, comentáis siempre en negativo,  pero que poquitos oran por los pecadores y por aquellas almas que van camino de la perdición. Orad hijos, orad por ellas, porque si sois misericordiosos con almas que ni siquiera conocéis, mucho más lo seré Yo con vosotros. ¡Qué tolerantes e indulgentes sois con vosotros mismos! Pero que agresivos e intransigentes sois con personas que viven en pecado público, o que hacen cosas contra vuestra fe y no sabéis perdonar. Pedidme por ellas, por esas  personas que andan tan equivocadas en lo que a Mi doctrina se refiere. Pedidme por el Santo Padre para que os sepa guiar según Mis criterios. Pedidme por vuestros obispos, párrocos, sacerdotes, monjes y por todas las almas que por su estado deberían de ser muy santos y no lo son ni dan ejemplos.

Yo amo lo mismo al pecador que al santo, pero necesito vuestras oraciones lo mismo para unos que para otros. Para el pecador para que se convierta, para el santo para que se mantenga. Y entre una de estas categorías de personas estáis vosotros, que quizás os creéis muy rectos y no lo sois. Así que os recuerdo misericordia quiero y no sacrificios (Oseas 6, 6), porque aquel que es misericordioso alcanzará Mi misericordia (Mt 5, 7) y bien de falta que os hace. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz a todo aquel que cree en Mí y Me imita en todos los aspectos.








No hay comentarios:

Publicar un comentario