Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

4 de julio de 2015

ESFORZAOS POR CONSEGUIR LA VIDA ETERNA




Hijos de Dios, el Cielo os habla para guiaros por sendas de amor y santidad y haceros personas aptas para la Vida Eterna. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Si supierais lo que es la Vida Eterna emplearíais todos vuestros bienes en conseguirla, haríais los más audaces trabajos y penitencias por poder entrar, y siempre os parecería poco lo que hicierais. Pero vosotros como ignoráis semejante bien, no tenéis ningún interés en conseguirla y pensáis muchos que son historias que os cuentan los curas para teneros controlados. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

La Vida Eterna es vivir en compañía de la Santísima Trinidad, cuya bondad y belleza no tienen límites porque son infinitos. Es vivir en compañía de la Santísima Virgen, cuya alma inmaculada es un gozo celestial que solo alcazarán los que se salven. Es vivir rodeado de Ángeles y bienaventurados, cada uno con su carisma específico y su luz particular que obtuvieron con su santidad. Debéis desear entrar en la Vida Eterna y vivir con todos los personajes celestiales que allí hay, porque es un sinfín de gozos que cada cual gozará según sus méritos. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.

Pero vosotros almas mezquinas, sólo aspiráis a bienes terrenales que nada tienen que ver con los bienes celestiales. Bienes materiales que se quedaran en esta vida y se corromperán con el paso del tiempo. Por tanto, hijos de Dios, esforzaos por conseguir la Vida Eterna con obras de santidad y de aceptación a la voluntad divina, y una vez conseguida, nadie os lo podrá arrebatar.

Invocadme para que  Mi luz os guíe adecuadamente y sepáis ser dóciles a Mis mociones. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.

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