Agobiantes
serán los momentos que muchas almas van a padecer al ver flaquear su economía, su
profesión y todo el bienestar social en el que se encuentran inmersos. Yo, Jesús,
os hablo.
Hijos Míos,
¿cuántos momentos al día empleáis en darme gracias? Muchos vivís mejor que los
maharajás y pasáis la vida entera sin dedícame un solo instante a darme las
gracias por lo que os he proporcionado. ¿O de verdad creéis que todo es fruto
de vuestra inteligencia y bien saber hacer? Recordad el salmo (Sal 126) si el Señor no construye la casa, en vano se
cansan los albañiles. Recordad Mis palabras sin Mí nada podéis hacer (Jn 15,5). Por tanto hijos, sed
agradecidos con vuestro Padre Celestial y poneos aunque sea un instante a
darnos gracias, porque a Mi Padre y a Mí nos gustan que seáis agradecidos y es un
deber que tenéis para con Nosotros. Yo, Jesús, os hablo.
Muchas
veces os suceden cosas en la vida para que no os apeguéis a nada, pues lo
terrenal, en el mundo se queda, y debéis elevar vuestro espíritu hacia lo
celestial que es eterno. Alzad hijos la mirada al Cielo y empapaos bien de que
existe, y de que es la morada que os tenemos preparada después de esta efímera
vida. Desead llegar a esa morada sin apegaros a las cosas de la Tierra, para
que podáis cuanto antes entrar en ella, si estáis desprendidos totalmente de
todo lo terreno, ya que al desprenderos no ponéis en ellas vuestro corazón. Yo,
Jesús, os hablo.
Desprenderse
o despegarse, porque Yo comprendo que necesitáis cosas para vivir, pero
necesitarlas no quiere decir que os apeguéis, sino que las empleéis como herramientas
de vuestra existencia, como es el coche, el tfno. u otra cosa. Hijos, que
vuestro corazón se apegue a las cosas de Dios para que deis frutos de santidad.
Si se apega a cosas terrenales dará frutos terrenales, por eso, os lleváis a
veces tantos disgustos cuando se os estropea algo que utilizáis normalmente
como herramientas de vuestra existencia, porque estáis apegados a ellas. Yo,
Jesús, os hablo.
Cada
época tiene su forma de vivir. En esta época la tecnología la usáis para mejor
trabajar, pero una cosa es servirse de ella para vuestras necesidades laborales
y personales y otra muy diferente apegarse, por lo que de vez en cuando también
podéis ayunar de televisión, ordenador o móvil. Yo, Jesús os hablo. Paz a todo
aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.
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