Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

5 de mayo de 2018

LO MISMO QUE EL CUERPO CADA DÍA NECESITA EL ALIMENTO PARA MANTENERSE SANO, ASÍ EL ALMA NECESITA DE NOSOTROS PARA QUE CADA DÍA SEA SANTO


Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Hijos Míos, Soy Jesús quien os habla y deseo que invoquéis a Mi Santo Espíritu cada vez que os pongáis en oración o hagáis algún acto de piedad. Él os dará luz y sabiduría para entender Mis cosas y, saber exactamente cuál es Mi voluntad. Yo, Jesús, os hablo.

Pero invocadlo con fe y amor y no por rutina. Dios quiere comunicarse con vosotros y lo hacemos a través del Espíritu Santo que os guía hacia las sendas de perfección. Invocadlo también en la confesión y pedidlo asimismo para el sacerdote que os vaya a confesar, porque Mi Santo Espíritu debe estar en vuestra vida de piedad continuamente.

Hay católicos que lo invocan hasta en decisiones humanas  y Me parece muy bien, porque todo el que  se confía a Dios no sale defraudado, por tanto hijos, aprended a vivir en cada acto de piedad con Mi Santo Espíritu como guía, para que Su luz y Sus dones no os falten. Yo, Jesús, os hablo.

Dentro de poco celebraréis Pentecostés y veréis en la Palabra divina la efusión de Mi Santo Espíritu a Mis apóstoles junto Mi Santa Madre. Todo esto deseo que se prolongue en vuestras vidas. No os conforméis con la mediocridad ni con lo mínimo. Vivid estrechamente unidos a la Santísima Trinidad para que Nosotros podamos llevaros a la meta que os tenemos destinada y al grado de santidad que deseamos alcancéis. Vosotros no podéis guiaros solos, hacedlo a través de un buen director espiritual y si no lo tenéis, invocad siempre a Mi Santo Espíritu para que os ilumine en cada decisión o paso que deis. Nosotros queremos ayudaros en todo momento, pero requerimos vuestra fe y amor. Yo, Jesús, os hablo.

La santidad es costosa pero con Nuestra gracia podéis llegar a  alcanzarla cada día, porque cada día tenéis que reconvertiros, no penséis que ya lo estáis completamente. Lo mismo que el cuerpo cada día necesita el alimento para mantenerse sano y  favorable para los deberes diarios, así el alma necesita de Nosotros para que cada día sea santo. No os pongáis metas futuras que no sabéis si las llegaréis a vivir, proponeros cada día santificarlo, pidiéndome ayuda o pidiéndosela a Mi Santo Espíritu, porque de cada día os vamos a pedir cuentas. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.









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