Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

12 de diciembre de 2018

LA VIRGEN ERA UN ALMA DE ORACIÓN DESDE PEQUEÑA


Almas de Dios, Soy el Espíritu Santo quien os habla y deseo que meditéis Mis palabras y las pongáis en práctica.

Las almas todas, sois un preciado tesoro de Dios que os ama como ni imaginar  podéis. Ya sé que esto lo habéis oído hasta la saciedad, pero os tiene que calar muy profundo para que lo creáis y seáis consecuentes con ello. Porque el amor con amor se paga. Si tratarais más al Señor y hablarais con El cómo lo hacéis con un psicólogo o un buen amigo, o vuestros padres, no podríais dejar de amarlo, porque veríais su efecto en vuestras almas y notaríais que algo pasa en vuestro interior. No podríais vivir sin su contacto, su diálogo personal, que en resumidas cuentas es hacer oración ante Él y contarle con sencillez y sin rodeos, todos vuestros sinsabores y problemas. Yo, Espíritu Santo, os hablo.

Pero vosotros esto no lo practicáis y claro, de cualquier pruebecilla por insignificante que sea hacéis un drama. La Virgen era un alma de oración desde pequeña. Su mayor gozo era comunicarse con Dios, y no dejaba por nada la oración en la que empleaba horas y horas. Vivía por y para Dios sin saber que llegaría a ser su Santa Madre. Pero la imitáis poco, o casi nada.

Ella intercede por vosotros constantemente, pero debéis también poner de vuestra parte para que en vuestras almas florezca un hermoso jardín de virtudes, un hermoso jardín de perlas divinas, porque los frutos que Yo os daré a través de la oración nada ni nadie os lo pueden dar. Por mucho que leáis, por mucho que os aconsejen, nadie como Yo, Espíritu de Dios, os pueden hacer florecer Mis santísimos y únicos frutos que son los que os cambiaran todo vuestro ser. Por tanto, almas de Dios, poned en práctica estas cosas que os digo porque es todo para vuestro bien  y veréis como lo que os digo se cumple. Yo, Espíritu Santo, os hablo.

Pasáis la vida perdiendo mucho tiempo que nunca recuperaréis. Tenéis que ser más profundos en la fe, más coherentes y sobre todo más fieles a las cosas que Yo os inspiro -aunque no estéis en oración- porque también os inspiro en vuestro interior cuando cumplís con vuestro deber, cuando hacéis el bien, cuando dais limosnas y cuando en lo que hacéis tenéis recta intención de obrar con honestidad en todo. Yo, Espíritu Santo, os hablo. La paz de la Santísima Trinidad esté siempre con vosotros.










No hay comentarios:

Publicar un comentario