Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

13 de julio de 2015

INVOCADME A MENUDO



Hijos de los hombres. Caminad rectos por caminos de virtud y santidad para que al final de vuestra existencia, obtengáis el premio al que ha sido fiel a Dios. Yo, Miguel Arcángel, os hablo.

Todos al ser creados fuimos probados para merecer o no el Cielo, y aquel que fue fiel a Dios hasta en los más insignificante, ganó la bienaventuranza eterna. Vuestra prueba no es como la de los Ángeles, y a vosotros hijos de los hombres, se os aplica la misericordia, porque Dios sabe muy bien de vuestra flaqueza y limitaciones, pero aun así, debéis esforzaros para conseguir el premio final, como se esfuerza un deportista para llegar  a la meta y obtener el galardón.

Ahora como dependéis de un cuerpo inclinado al mal, al relax, a la comodidad, os resulta muy costoso sobreponeros a las malas inclinaciones. Pero decidme ¿es costoso apagar la televisión cuando veis escenas eróticas u obscenas en la pantalla? ¿Es costoso cumplir con vuestros deberes cuando sabéis que al final de la jornada os espera el bien merecido descanso? ¿Es costoso callar ante una discordia familiar o conyugal cuando sabéis que si la fomentáis va a ser un caos en vuestra familia? ¿Es costoso en el trabajo no seguir la insidias de algún compañero o compañera que lo que tratan es provocaros?

Invocadme a menudo contra todas estas tentaciones que son cotidianas, y que debéis vencer sobreponiéndoos a todas las malas sugerencias que el enemigo mortal de las almas os trae. Pronunciad el santo nombre de MARIA. Invocadme a mí, a las Santas Llagas y poder de la Sangre de Cristo y poned vuestra voluntad en lo que esté de vuestra parte, veréis como el camino de la virtud no es tan escabroso como os lo presenta vuestra imaginación y el perdedor de las almas. Yo, Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial, os hablo y os instruyo. La paz de Dios a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.



No hay comentarios:

Publicar un comentario