Alegraos hijos en el Señor. Que sea vuestra alegría Dios y todos Sus
asuntos, porque quien se alegra en el Señor no puede ser un ser perverso y su
corazón está limpio de inmundicia. Yo, Miguel Arcángel, os hablo.
Hijos de Dios que sabéis que ya estáis en los umbrales de los últimos tiempos,
que sabéis que pronto esta cerca la hora de Dios, alegraos en el Señor y vivid
Sus leyes y mandatos para que Su venida no os encuentre desprevenidos. Sed
rectos y limpios de corazón. Que vuestro arrojo sea para defender a Dios y Sus
intereses. No os importe vuestra situación en la vida, tanto si es precaria
económicamente o no, porque aquel que busca la gloria de Dios no le faltará
sustento para su familia. Y aunque viváis ajustados económicamente, no os
angustie vuestra economía, que vuestro afán sea trabajar por y para Dios, unas
veces con la oración, otras con la mortificación, otras con la acción, otras
con el desprendimiento.
No tenéis que hacer grandes obras para la gloria de Dios, porque no
siempre se os presentará el poderlas hacer, pero todos podéis hacer oración, mortificación
y renunciar a cosas y deleites que os gusten, todo por el Reino de Dios y Su
justicia. Yo, Miguel Arcángel, os hablo.
Acercaos a mí y honradme con rezos,
letanías, coronillas y demás. Yo soy vuestro fiel amigo y ardiente
intercesor, que desea que la batalla del bien contra el mal la venzáis ampliamente, porque Satanás tiene que ser echado fuera de este mundo y vivir donde
le corresponde que es el Infierno eterno.
Yo, Miguel Arcángel os hablo y me dirijo a vosotros, y os pido que no
cerréis los ojos a las duras realidades que actualmente existen en la sociedad,
no seáis cómplices de abortos, eutanasias, ni de nada que vaya en contra de la ley
de Dios, porque tarde o temprano el mal se paga, y ante Dios no queda inmune.
Pueden quedar en la sociedad inmunes estos crímenes y aberraciones, pero nunca
ante Dios y su justicia. Por eso, hijos de Dios, alegraos en el Señor que
vuestra alegría sea el hacer en todo momento Su voluntad. Yo, Miguel Arcángel,
os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo
pone en práctica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario