Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

23 de septiembre de 2015

NADIE QUEDÓ DEFRAUDADO QUIEN ACUDIÓ AL CORAZÓN INMACULADO DE MI SANTA MADRE



Nunca nadie quedó defraudado quien acudió al Corazón Inmaculado de Mi Santa Madre. Yo, Jesús, os hablo.

Hay quienes ignoran esta poderosa Mujer que ama a la Humanidad con el mismo amor que Yo la amo, que desea ardientemente que todas las almas se salven, que es sensible a las dolencias físicas de cada persona y que desea y espera que todas las almas acudan a Ella. Yo, Jesús, os hablo.

Ella Me ama como nadie jamás Me ha amado, porque nadie como Ella comprendió el misterio de Cristo, y por amor a Mí y por el deseo de que no se pierda Mi Redención en las almas, Ella desea que os acojáis a su Corazón para llevaros a través de Él a Mi divinidad. Por tanto hijos, aprended esta lección y ponedla en práctica. La Virgen Santísima, Madre de las almas y Reina de los Ángeles, desea haceros todo el bien posible en el cuerpo y en el alma, y para ello espera vuestras disposiciones y vuestra disponibilidad, y si Ella os dice: Haced lo que Mi Hijo  os diga, Yo os digo: Haced lo que a Ella le honre y le haga feliz, porque lo que le pase a Ella a Mí Me pasa y lo que Ella sufra Yo lo sufro, porque somos dos corazones que laten al unísono ante el Padre Celestial. Yo, Jesús, os hablo.

No tengáis reparo de darle a Mi Madre vuestro tiempo, vuestro amor, vuestra disponibilidad, porque Ella jamás os pedirá ni os inspirará nada que vaya en Mi contra ni nada que mengue Mi gloria. Ella siempre os inspirará aquello que a Mí Me de gloria, porque es su mayor deseo como buena y santa Madre, que su Hijo divino sea amado con ardiente amor. Yo, Jesús, os hablo.

Si Mi Madre viviera en la Tierra, cuantos invertirían sus ahorros y su tiempo en ir a visitarla en persona. Ella está viva en el Cielo, ya está resucitada y Ella donde le recéis, recibe vuestras súplicas y oraciones y las aplica a vuestras intenciones que la primera de todas debe ser desear ser santos y salvaros. Yo, Jesús, os hablo.

Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree, lo propaga y lo pone en práctica.






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