Hijos Míos,
bajo Mi divina mirada estáis todos los que Me amáis y todos los que Me servís
fielmente en vuestro ministerio y en vuestros compromisos. Yo, Jesús, os hablo.
No
creáis que Soy un Dios desmemoriado, no, y os llevo a todos en Mi divino Corazón,
y si bien amo hasta al pecador más empedernido, imaginaos lo que os amo a
vosotros que Me sois fieles, Me proclamáis y Me amáis. Pero quiero que el Cielo
os lo ganéis con méritos propios no solo por Mi gracia, que si bien os suplirá
en todo momento, vosotros hijos Míos, debéis tener también vuestras pruebas
para que tengáis méritos y os santifiquéis con las contrariedades de la vida.
Yo, Jesús, os hablo.
Sé que
hay sacerdotes padeciendo mucho sufrimiento interior por cómo está todo,
incluso en la iglesia, pero esos sacerdotes que Me son leales y Me aman y aun
en contra corriente Me sirven, esos estarán en la gloria muy cerca de Mí,
porque en esta vida lo tuvieron difícil.
No os desalentéis sacerdotes de Mi divino Corazón, no os desalentéis,
sabed que Yo padezco junto a vosotros todo lo que os pasa, todo lo que sufrís y
todo lo que vivís. Yo estoy cerca de vosotros (en la prueba), luego en la
gloria seréis vosotros los que estéis muy cerca de Mí. La Iglesia sale adelante
a base de contradicciones, da la sensación que la barca zozobra y se va a
hundir, pero no hijos, no, la barca seguirá navegando hasta el último instante
de la existencia de este mundo, y Yo navegaré en ella y os ayudaré en las borrascas,
en las tormentas y en los vendavales que os vengan. Yo, Jesús, os hablo.
Celebrad
el Santo Sacrificio con más fe y fervor que nunca. Seguid adelante bajo el manto
de Mi Santa Madre, Ella os mira e intercede por todos vosotros, y no os deja ni
un solo instante, aunque a veces, os parezca que estáis olvidados y solos. Lo
mismo a Mis fieles laicos que trabajan por la extensión de Mi Reino, seguid
adelante con entusiasmo y celo apostólico, siempre pidiendo Mi ayuda y acogiéndoos
a vuestra Santa Madre que tampoco os deja, y que os mira complaciente cuando un
día y otro y otro camináis con vuestros compromisos apostólicos y superáis tantas
vicisitudes y pruebas como os vienen. Yo, Jesús, os hablo.
Estáis
en tiempos de apostasía, de apostasía general, mantenerse en fe ya es un mérito
y una gracia muy grande que os otorgo y que no os negaré mientras vuestras
intenciones sean santas y Me den gloria. Yo, Jesús, o hablo y os instruyo.
Tened Mi paz divina.
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