Hijos del Dios
Santísimo, Me dirijo a vosotros y deseo que recibáis estos
mensajes con fe y amor, porque a quienes los pongan en práctica Yo le otorgo
muchas gracias para ellos y su familia. Yo, Jesús, os hablo.
Mi Padre desea
que os dé muchas gracias, que no os falte ningún medio para santificaros, por
eso hijos, todos los que tenéis pruebas, enfermedades, trabajo, y demás, son
medios que debéis emplear en santificaros y en ser un ejemplo vivo a quienes viven
con vosotros y a los de vuestro entorno, que os vean como verdaderos cristianos
y no pasando de todo y conformándoos con todo lo que no tiene que ver Conmigo.
Vuestro Padre
Celestial no aparta Su mirada de vosotros pero a veces, y no pocas, ve cosas tan
terribles que tiene que apaciguar Su ira para no enviar a la Tierra grandes castigos,
porque os merecéis inmensos castigos de lo mal que guiais vuestras almas y de
los malos ejemplos que dais incluso a vuestros familiares.
Os enfadáis
por cualquier cosa y hacéis un mundo de ello. Tenéis que ser más tolerantes unos
con otros, al demonio no le gusta que las familias se lleven bien y se ayuden mutuamente
y por eso os mete la cizaña y muchos de vosotros caéis en sus trampas, y Yo os
digo hijos, teniendo una Madre como la vuestra, Celestial, tan Santa y tan
única ¿cómo podéis ser tan rebeldes tan malos y amaros tanto a vosotros mismos?
¿No os dais cuenta que Satanás lo que más desea es perderos eternamente y empieza
por dividir a las familias, a las amistades, a los grupos de oración y a todo
lo que pueda ser santo entre vosotros. Yo, Jesús, os hablo.
Termina ya el
año y muchos lo tenéis en déficit, no habéis llegado al nivel que deberíais haber
llegado. Empieza uno nuevo y seguiréis igual, criticando, murmurando, señalando
las faltas ajenas. Pero hijos, no seáis así que Yo vine a la Tierra a salvaros
y a enseñaros la verdadera doctrina que os llevará al Cielo y no al Infierno. Por
tanto, haced propósito de enmienda. Confesaos hijos, confesaos. No dejéis por mucho tiempo la confesión, que
es un Sacramento que os da fuerzas y os santifica mucho, aunque vosotros no
siempre lo notéis. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que crea
y ponga en práctica estos mensajes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario