Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

10 de noviembre de 2017

NO HAGÁIS NINGUNA CLASE DE FRAUDE AUNQUE NO OS DESCUBRAN



Amadísimos hijos en el Señor, Soy vuestra Madre querida, la que constantemente intercede por vosotros en el Cielo ante el Trono de la Santísima Trinidad.

Hoy quiero recordaros algo que Mi Hijo ya os dijo en su paso por este mundo: Dad a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar (Lc 20, 25). Pues bien, hijos, muchos de vosotros no cumplís este mandato y debéis hacerlo. Sois personas espirituales y practicáis los sacramentos, pero luego muchos de vosotros evadís impuestos o hacéis trampas en los documentos de  las empresas para pagar menos ¿Por qué? ¿Acaso Mi Hijo no os provee de todo lo que necesitáis? También os dijo: Buscad el Reino de Dios y todo lo demás se os dará por añadidura (Mt 6, 33), pero vosotros hacéis trampas en los negocios para pagar menos impuestos y eso le disgusta mucho a Mi Hijo, porque  no confiáis en Él que siempre os proveerá de lo necesario para que viváis una vida de honradez y santidad. Yo, María, vuestra Madre, os habla.

Si dais a Dios lo que es de Dios y es la adoración lo que le corresponde, Él también cumplirá con vosotros dándoos lo que le corresponde al Cesar, en este caso a vosotros. No hagáis ninguna clase de fraude por mucho que podáis hacerlo sin que os descubran, porque es Dios quien os va a juzgar y nada de lo que hagáis malo quedará sin juicio y sin castigo.

Debéis ser muy, muy honrados y además no obligar a nadie a hacer fraudes evadiendo impuestos. Hijos, ¡que conciencia tan mezquina tenéis! Y encima os creéis muy listos y además buenos. No robéis bajo ninguna forma, porque muchos de vosotros decís que también os roban a vosotros los gobiernos y tenéis que aguantaros. Ya os he dicho que Dios pedirá cuentas a todo el mundo hasta de lo más insignificante que hayáis hecho, y encima muchos de vosotros enseñáis así a vuestros hijos a hacer trampas en los papeles y en los negocios. No hijos, no, sed honrados como Mi esposo José lo era y como Mi Hijo lo fue en todo momento, que no permitió que la Casa de Su Padre, el Sagrado Templo, se convirtiera en cueva de ladrones (Mt 21,13). Yo, María Santísima, vuestra Madre, os hablo y os instruyo.









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