Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

6 de mayo de 2019

INVOCAD A VUESTRA MADRE SANTÍSIMA Y PEDIDLE AYUDA


Hijos de Mi divino Corazón, vuelvo de nuevo con vosotros para aleccionaros de las sendas verdaderas que os conducen a la santidad. Yo, Jesús, os hablo.

Muchos no sabéis que hacer -aunque vivís en estado de gracia- y no entendéis bien cuál es Mi voluntad. En primer lugar os diré que Mi voluntad es que cumpláis con vuestros deberes de estado lo más honradamente posible, y si esto ya lo hacéis entonces para evitar el pecado que os sugiere Mi adversario, debéis vivir en Mi presencia. Así viviendo en Mi presencia y sabiendo que Yo todo lo veo, intentaréis no pecar para nada, ni a discutir, ni a quejaros, ni a dejase llevar de la pereza, ni de la gula y mucho menos de la lujuria. Yo, Jesús, os hablo.

¿Quién pecaría de lujuria ante su padre o su madre biológicos? ¿Quién lo haría ante sus hijos? Son cosas que la vergüenza y el respeto humano os evitaría, pues bien, mucho más importante y más eficaz es que viváis bajo Mi mirada, sabiendo que Yo nunca la aparto de vosotros, ni Mi Santa Madre tampoco.

No hagáis cosas a solas que no haríais ante otro semejante. Sed castos y santos en todo momento, pues aun esforzándoos para serlo caeréis en imperfecciones, en quejas, y en juicios temerarios hacia las personas y, esas cosas son también faltas que debéis de confesar. Yo, Jesús, os hablo.

Sed perfectos hijos, sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto (Mt 5, 48). Sed santos a la vista de todos, y sobre todo, bajo Mi mirada que es constante, porque no dejo de miraros ni un momento. Y para que este mensaje no os desanime, sabed que lo mismo que veo lo que hacéis mal, lo que hacéis bueno también lo veo y veo vuestras santas intenciones, y veo vuestros corazones, algunos de los cuales Me satisfacen mucho.

Yo veo lo bueno y lo malo, y os juzgaré con total justicia y rectitud, pero también con misericordia, porque sé que la flaqueza humana la tendréis hasta el último instante de vuestra vida. Por tanto hijos, invocad a vuestra Madre Santísima y pedidle ayuda, que lo mismo que os la daría vuestra madre biológica, Ella no os la negará, y si le tenéis que insistir hacedlo, porque nada odia más Mi adversario que os dirijáis a Mi Madre Santísima que lo venció siempre. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.








No hay comentarios:

Publicar un comentario