Angustiosos son los
momentos que muchas almas pasan en sus vidas y se encuentran solas y
desorientadas, porque nadie les indica el camino a seguir para encontrar paz y consuelo. Yo, Jesús, os hablo.
Sacerdotes de Mi
Corazón y laicos de Mis Entrañas, buscad a esas almas que padecen tribulación
por mil asuntos: Por asuntos familiares, profesionales, económicos, de
injusticia, amistad y demás. Cuando las encontréis acércamelas a Mi que Soy
Camino, Verdad y Vida, que doy paz y consuelo a quien a Mí viene con un corazón
sincero.
Hay muchas almas en
vuestro entorno que os necesitan y debéis ayudarlas como Yo lo haría. Dadles la
Verdad que Soy Yo. Habladles de que nadie se sintió decepcionado cuando se
acercó a Mí. No es que la tribulación les vaya a desaparecer, pero sí se les
hará suave y llevadera, porque Yo los ayudaré con su cruz. Yo, Jesús, os hablo.
Yo Soy el remedio
para todos los males, la salud para el alma, el consuelo de los afligidos y el
refugio de los pecadores. Junto con Mi Santa Madre. Nosotros no os dejamos a
vuestro albedrío, pero debéis venir a Nosotros y desear de corazón que os
ayudemos en vuestros sufrimientos. Confesad hijos, confesad con santos sacerdotes. ¿No vais a sicólogos para desahogaros
y buscar consuelo? Yo Soy el verdadero consuelo del alma, de los atribulados,
de los marginados y despreciados. Venid a Mi Corazón divino y dejaos obrar,
porque Yo transformo la oscuridad en luz y el dolor en gozo. Yo, Jesús, os
hablo.
Hablad a Mis criaturas
de Mí y de Mi doctrina santa y llevadera, porque Mi gracia nunca falta y acudid
a la Madre de Misericordia que es mi Santa Madre, que os ama como humanamente
no podéis entender. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Paz a todo aquel que
leyendo este mensaje lo cree y lo pone práctica.
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