Largos
hijos, largos os padecerán los días de tribulación que pasaréis y que llegaréis
a pensar que nunca terminarán. Yo, Jesús, os hablo.
Tal y
como está el mundo ya hace tiempo que Mi Padre Celestial debería de haber
mandado un castigo. Os merecéis el castigo con creces pues con creces estáis manifestando, legalizando y haciendo toda
clase de abominaciones. ¿Qué clase de Dios seria Yo si pasara por alto tanta
maldad? Pero retraso el castigo en favor de las almas pequeñas (humildes) que Me
son fieles y que Me aman con la inocencia y la lealtad de los niños.
Asimismo
retraso el castigo en favor de esos sacerdotes que se Me ofrecen cada día como
victimas expiatorias y que Me aman en el silencio de su vida, llena de fidelidades
y de actos de amor a hacia Mí. Pero hijos, comprended que es necesario purificar
este Planeta de tanta ignominia como hay y de tanta perversidad, ya que Mi
adversario se cree el dueño de este mundo y está a sus anchas con tantos
adeptos como tiene y que le secundan a la perfección. Yo, Jesús, os hablo.
Educad
a vuestros hijos con disciplina y urbanidad. Hacedlos hombres y mujeres de
provecho, porque lo que le deis vosotros a vuestros hijos, eso mismo le darán ellos
a los suyos. Todo es una cadena de realidades que se repiten de una generación
a otra. Sed responsables en la familia, pues de los hijos se os pedirán
cuentas, no solo de la formación que le deis en el plano intelectual, sino
también en el plano espiritual y moral.
Yo no Soy
vuestro párroco quien os habla, no Soy un cura como vosotros decís ¡cosas de
los curas! Yo Soy Jesús de Nazaret, vuestro Dios y Señor y os pediré rigurosamente
cuentas de todo, DE TODO. Por tanto, tomaos en serio lo que se os dice por estos
mensajes, ahora es tiempo de conversión, de cambiar los caminos torcidos que
seguís por otros más santos y sobrenaturales, no desaprovechéis el tiempo que tenéis
todavía para reconvertiros, porque cuando el brazo de Mi Padre se desplome, el
terror os invadirá y comprenderéis el tiempo que habéis malgastado y perdido,
pero ya será tarde. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.
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