Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

29 de noviembre de 2016

LO IMPORTANTE ES QUE OS MANTENGÁIS EN FE Y OFREZCÁIS A DIOS ESOS DÍAS SOMBRÍOS QUE OS DESANIMAN TANTO



Hijos de Dios, muchos de vosotros vivís atribulados y afectados por la más insignificante contrariedad. Hacéis una montaña de un grano de arena, y todo, todo lo veis negro. Yo, María Vuestra Madre, os hablo.

Debéis de cambiar de forma de ser, o viviréis un purgatorio ya en esta Tierra, y eso no lo quiere Vuestro Padre Celestial que desea el bien para todos Sus hijos y la paz en sus almas. Tened cuidado con el adversario de Mi Hijo que trata de meteros en todo la cizaña para robaros la paz y la alegría de ser hijos de Dios. Él os mete esa forma de ver las cosas oscuras y le da más importancia de lo que en realidad tienen. La vida está llena de contradicciones y vicisitudes pero no todo es negativo, son situaciones que os hacen más fuertes y os ayudan a acudir a Dios pidiéndole toda clase de ayuda.

En esta vida no todo puede salir perfecto, hay días más negativos que otros, pero lo importante es que os mantengáis en fe y sepáis ofrecer a Dios esos días sombríos que os desaniman tanto y que os sumergen en profundas desolaciones. Hijos, acudid a Vuestro Redentor, Mi divino Hijo, Él soportó mucho por vuestro amor y no os va a dejar en estas situaciones, porque lo que desea es que viváis con su paz, la paz que da el ser hijos de Dios, pero si os dejáis influir por las tribulaciones como zarandeos que ahora vienen y ahora van y no os ponéis firmes en vuestra postura, el Maligno jugará con vuestros ánimos a su antojo y os vapuleará maliciosamente a su capricho. Yo, Vuestra Madre, os hablo.

Aquí Me tenéis también a Mí dispuesta a ayudaros en todo. No se os pide portentos, ni heroicidades, solo que aceptéis esos días de oscuridad con sencillez y fe hacia Dios, sabiendo que Él es inmutable y que no os abandonará, ni siquiera aunque fuerais los más grandes pecadores, mucho menos si sois almas de espiritualidad cotidiana y deseáis santificaros por encima de todo. Yo, María Vuestra Madre, os hablo.

La vida es muy corta en comparación con el Más Allá que es eterno. Superar esas pruebas que a menudo os vienen no solo os ayudan a merecer más sino que ayudan a otras almas a fortalecerlas, porque todo lo que aceptéis por amor a Dios y lo ofrezcáis, va en beneficio del Cuerpo Místico.  A veces es más importante para la conversión de los pecadores aceptar esos días negros que os vienen y que os sumergen en desolación que rezar un Rosario. Por tanto hijos, no os agobies, simplemente confiad en el Padre amoroso que os ve y que desde el Cielo Él sabe hasta dónde podéis llegar y hasta donde no. Yo, María Vuestra Madre, os hablo.







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