Hijos
de Dios, que empobrecidos os veo de virtudes y de méritos, incluso aquellos que
deberían de llevar una vida de santidad excepcional. Yo, Jesús, os hablo.
Debéis
esforzaros más por aumentar vuestros méritos, tanto en sacramentos como en
sacrificios, porque hijos, no llegáis ni al suficiente para ganar el Cielo y
debéis ser mejores cristianos y cumplir más y mejor con Mis preceptos. Mi gracia
para nada os va a faltar, pero os conformáis con una vida rutinaria de costumbres
espirituales diarias y ya basta, y aun esas costumbres espirituales las hacéis
con tanta rutina que no os enriquecen en virtud. Pero hijos, invocad a Mi Santo
Espíritu, el Maestro interior de las almas, el Santificador y Él os ayudará a
crecer más en virtudes y en méritos. Sé que solo con vuestras solas fuerzas no podéis
subir escalones, y los escalones que tenéis que subir tienen que llegar al Cielo
y son muchos. Haced cada instante santo con alabanzas interiores hacia la Santísima
Trinidad o hacia Mi Madre, pedid por los pecadores mientras camináis o conducís
o hacéis alguna tarea, rectificar en todo momento vuestras intenciones y
hacedlas sobrenaturales para que Yo las aproveche en el bien de las almas, de la
Santa Madre Iglesia y de toda la Humanidad. Yo, Jesús, os hablo.
Hay
muchas almas sufriendo, no sólo en el mundo entero sino también en vuestro
entorno. Tened amor hacia ellas y no os evadáis de sus sufrimientos, por eso,
ofreced actos de amor, alabanza y sacrificios por ellas, y aunque no las
ayudéis materialmente hacedlo espiritualmente, y os aseguro, que ellas se
beneficiaran de vuestras oraciones y ofrecimientos. Me agrada sobremanera las
almas que se preocupan por otras almas, por los desgraciados, por las familias
rotas, por los niños que muchísimos son víctimas de esta sociedad que ha convertido
todo en un estercolero. Sed solidarios con el dolor ajeno, incluso de personas
que no conocéis, pero las oraciones les llegan si las ofrecéis con verdadero
deseo de ayudarlas. Yo, Jesús, os hablo.
No os
angustiéis por vuestras situaciones económicas, profesionales, o familiares.
Poned todo lo que esté de vuestra parte, y si Me amáis por encima de todas las
cosas, el resto lo haré Yo. Buscad hijos, buscad el Reino de Dios y Su justicia
y todo lo demás se os dará por añadidura (Mt 6,33). Yo, siempre cumplo Mi
palabra y vosotros mismos lo podéis comprobar si así actuáis. Si os importa
antes que nada Mi gloria, a Mí Me importará vuestras cosas y no os dejaré en la
indigencia. Yo, Jesús, os hablo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo
cree y lo pone en práctica.
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