Hijos Míos, preparaos
hijos, preparaos para el viaje que muchos de vosotros vais a hacer. Yo, Jesús,
os hablo.
Vivís muy tranquilos,
sin complicaros para nada la vida, pero el hacha de Mi justicia está ya a las
puertas y no Me quedará más remedio que hacer una criba a todo aquel que no ha
cumplido con Mis leyes y ha vivido como la cigarra alegremente, sin plantearse
ninguna clase de disciplina. Así que hijos, preparaos, que Yo tengo que
intervenir en este mundo pervertido y que ha dado totalmente un giro absoluto a
Mis leyes y todo lo ha tergiversado para hacerse amigo de Satanás y sus
secuaces.
Mando a Mi Santa
Madre a advertiros que hagáis oración y penitencia por los pecadores y vosotros
sois los primeros que pecáis, y mirad como está el mundo, las leyes que imperan,
como están los sacerdotes y la Jerarquía, esto es un mundo de podredumbre
porque todos buscan su bienestar y no Mi gloria, Yo que di todo por vosotros y
no hice excepción alguna para con nadie. Por tanto, preparaos y preparad
vuestro equipaje, porque si vais de viaje se debe ir con las maletas hechas. Y
¿cuáles son esas maletas? La gracia santificante que es el equipaje que debéis
llevar si queréis entrar en el Reino de los Cielos. Yo, Jesús, os hablo.
Haced hijos, haced
una buena y santa confesión, una confesión general de toda vuestra vida. No os acerquéis
al confesionario a disculparos sino que acusaros de que habéis hecho y hacéis
fraude, de que tenéis abortos y fornicaciones en vuestro haber, de que habéis
robado en nóminas y habéis sido injustos, muy injustos con vuestros obreros, y así,
un sinfín de pecados que claman al Cielo, porque no podéis entrar en Mi Reino si
no os limpiáis totalmente de todos ellos, si no Me pedís perdón y si os es posible
de repararme. No creáis que a Mí Me podéis engañar, Yo sé quién es sincero y
quien no, pero debéis humillaros ante el Sacramento de la Penitencia y poner de
manifiesto lo que habéis sido y lo que sois, porque si no lo hacéis no os burlareis
de Mi justicia, si bien Mi misericordia es infinita, para alcanzarla necesitáis
el arrepentimiento y el perdón de vuestros pecados, con el propósito de la
enmienda de no volver a cometerlos. Yo, Jesús, os hablo.
No pospongáis por más
tiempo vuestra reconversión. Mi gracia no os va a faltar si venís a Mí
arrepentidos, Yo no os echaré en cara nada si hacéis una buena y exhaustiva confesión.
Yo, Jesús, os hablo y os advierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario