Hijos de Mi divino Corazón.
Os invito una vez más a rezar los unos por los otros y a hacerlo
constantemente. Hay almas muy débiles en la virtud que solo se salvarán si
rezáis por ellas y ofrecéis sacrificios. No importa que no las conozcáis porque
todo lo que hagáis por esas almas que no tienen méritos suficientes para salvarse
Yo o Mi Santa Madre lo aplicaremos a las más necesitadas. Son infinidad de almas
en esta situación y por eso son necesarias multitud de oraciones y de Misas
aplicadas a esta intención. Yo tendré en cuenta ese acto tan grande de caridad
hacia quienes ni siquiera conocéis. Yo, Jesús, os hablo.
Es necesario que
vuestra oración llegue a otros puntos geográficos, donde esas almas no son tenidas
en cuenta y donde nadie las conoce ni las recuerda. Sé que muchos rezáis por
vuestros familiares y vuestros allegados, pero Yo os pido que lo hagáis por
esas almas tan desnutridas de virtud y tan cerca del precipicio infernal. Ellas
no han tenido la suerte de vosotros que tenéis Parroquia y sacramentos a
vuestro alcance. Rezad hijos, rezad por esos pecadores que llevan una vida muy
lejos de Mi verdad y de Mis leyes y encima se sienten desgraciados.
Todo lo que hagáis
por los pecadores por insignificante que sea Yo lo bendeciré eternamente. Presentadme
a esas almas cuya vida es un desastre de pecados tras pecados, pero tampoco han
tenido la suerte de tener quienes los evangelicen adecuadamente, y si la han
tenido, la han dejado pasar. Mientras hay vida hay esperanza y hasta en el último
instante de existencia una persona se puede salvar si vuestras fervientes oraciones
les alcanzan. Yo, Jesús, os hablo.
Esto también os beneficia
a vosotros que no sabiendo a donde llegan vuestras oraciones ni a quienes
llegan, no os permite envaneceros. Por eso, sed como Mi Madre era que oraba por
todo el mundo en el secreto de su Inmaculado Corazón. Quien salva un alma
predispone la suya también a la salvación.
Vivid hijos, vivid en
estado de gracia permanente e id asiduamente a la confesión, porque aunque no
tengáis pecados mortales, tenéis pecados veniales e imperfecciones. El
Sacramento de la Penitencia os fortalece y os aumenta la gracia santificante si
lo recibís en las debidas disposiciones, con humildad y propósito de enmienda y
pedid a Mi Santo Espíritu que os guie en el camino espiritual hacia la Vida
Eterna. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.
rezar también y en especial por las víctimas de la gente más pecadora o más alejados del Sagrado Corazón.
ResponderEliminarQue alegría
ResponderEliminarNuevos conceptos para encender nuestra tibieza.
Bienvenido!!!!