Nos quejamos de que el mal ha tomado una gran dimensión en todos los colectivos, pues se ha perdido la conciencia de pecado. Consecuencia de esto es el alejamiento de Dios. Nos hemos apartado de Él y vamos a nuestro arbitrio. La Virgen, que vivió tan unida a Dios, nos da el consejo para evitar todo esto, consejo que no podemos relegar: HACED LO QUE ÉL OS DIGA. Y sólo cuando hagamos lo que Dios nos dice, las cosas cambiarán. Mientras, el mal seguirá avanzando. Acatemos pues lo que la Virgen nos dice, Ella nos ayudará. contador de visitas

20 de agosto de 2017

PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN



Hijos queridos de Mi divino Corazón. Cuantas penas hay en el mundo que vosotros mismos sabéis, pero que ni siquiera la cuarta parte de las mismas conocéis. Los hombres y mujeres sufren cada uno en sus cuerpos y en sus almas, por eso, quienes se libran del sufrimiento tienen que darme gracias constantemente porque el agradecimiento es una virtud que Me agrada mucho. Yo mismo para parecerme más a vosotros quise padecer y lo hice en extremo. Sufrí en el cuerpo y en el alma, pues no creáis que evadí el sufrimiento. Por eso, cuando os toca a vosotros sufrir por una u otra razón, unos más otros menos, a Mí Me duele más de lo que pensáis, porque sé que el sufrimiento es algo muy fuerte que aquellos que no lo han padecido no saben del dolor inmenso que se han librado.

Id a los hospitales y ved las plantas llenas de enfermos con enfermedades muy dolorosas. Ved también a sus familiares tratando de ayudarles y aliviarles. Pero quienes saben sufrir ofreciendo su dolor y aceptándolo, esas personas alcanzan un grado de virtud muy grande que no alcanzarían con penitencias buscadas. Yo, Jesús, os hablo.

El Mal está en todo su apogeo. Odio, violencia, abusos, corrupción,  no respetan nada quienes por sus ideas tan erróneas emplean la violencia para imponerlas. Satanás parece que está venciendo pero no hijos, no, no será así, Satanás terminará perdiendo todo el poder que aparentemente ahora parece que tiene.

Él quiere asustaros, desanimaros, que perdáis la fe, que reneguéis de Mí, pero vosotros los que veis esas escenas de dolor y os conmueven, rezad por esas víctimas y sus familias y hacedlo de corazón. Acudid a Mi Santa Madre, consagraos a Ella, Su purísimo Corazón y su manto os protegerán, y si aun así os alcanzara el sufrimiento, no será lo mismo sufrirlo bajo su protección que si no acudís a Ella. Ella os espera con los brazos abiertos, deseando de ayudaros. Honradla con fe y devoción, honradla como se merece, como lo haríais con vuestra madre biológica y no le escatiméis nada de nada, ni rezos, ni devociones, ni Rosarios. Ella es muy poderosa en el Cielo porque Yo así lo he querido, por tanto, enseñad a vuestros pequeños a amarla y crecerán con este sentimiento de amor y reconocimiento hacia Ella.

Pedid para esas personas que usan la violencia el perdón a Mi Padre Eterno como Yo lo pedí desde la Cruz: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. (Lc 23,34) Esta oración le gusta mucho a Mi Padre porque Me ve reflejado en ella. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. 






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