Amados hijos de Mi Inmaculado Corazón. Acudo a
vosotros no para pediros cosas sino para que seáis vosotros quienes Me las
pidáis a Mi. Sabéis que por ser la Madre de Dios, Él ha querido darme un gran
poder, y todo lo que Me pidáis que no vaya en contra de vuestra santidad y gloria
divina, Yo deseo otorgároslo.
Os falta fe a muchos de vosotros, por eso, es lo
primero que debéis pedirme, fe y gracia, porque lo primero que debéis pedir al
Cielo son los bienes espirituales, y teniendo los bienes espirituales los bienes
terrenales vienen por añadidura. Yo María Santísima vuestra Madre os hablo.
Muchos de vosotros Me tenéis una entrañable devoción
que a Mí Me alegra mucho, y Yo os miro con amor y complacencia. Extender Mi
devoción con rezos, novenas y escritos a todo el que podáis. Pedid al Espíritu
Santo que os bendiga y os ilumine en
todo lo que hagáis, para la gloria de Dios. No siempre dais pasos acertados y a
veces el Maligno se mete para engañaros y haceros posponer lo bueno que habíais
pensado hacer. El Maligno puede con vosotros pero no puede con el Espíritu Santo
porque Él es luz e ilumina a todo aquel
que le pide que lo haga. Yo, María vuestra Madre, os hablo.
Estad siempre preparados para el desenlace final de
vuestras vidas, que no sabéis cuando os llegará. Todo está en el presente de
Dios y Él es quien sabe cuándo será el último momento de vuestra existencia. Ni
siquiera los muy enfermos o graves saben cuándo llegará ese momento, por eso,
hay que vivir preparados como si fuera a llegar inmediatamente.
Solo viviendo en gracia de Dios encontrareis la
verdadera paz y la alegría de ser hijos de Dios y el deseo ardiente de querer
encontrarse cuanto antes con Él. En el Cielo hijos Míos, os espero e intercedo por vosotros. Encomendadme
vuestros asuntos, contadme vuestras penas, pedid lo que necesitéis para vuestra
santificación y para vivir una vida digna también en el plano humano. Yo deseo
como buena Madre que Soy daros y cubriros vuestras necesidades tanto espirituales
como materiales, pero hijos, no os apeguéis a nada de este mundo, ni a nadie,
sed totalmente de Dios y ponedlo a Él el primero en vuestra vida y en vuestros
deseos y pensamientos. Sí hijos, sí, Él el primero y todo lo demás se os dará
por añadidura (Mt 6,33). Yo, María Santísima, os hablo y pido para vosotros la
bendición a Dios.
Si alguien recibe algo que ha estado pidiéndole a la S.VIRGEN MARÍA, SERÍA BUENO COMENTARLO AQUÍ, COMO TESTIMONIO, PARA QUE SE VEA SU ACCIÓN Y PRESENCIA EN NUESTRAS VIDAS. GRACIAS.
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